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Diecinueve años después, el 11-M sigue ocultando su verdad

 

Pasó un año más, otros largos 365 días y, como viene siendo mi costumbre anual, dejo mi recuerdo en homenaje a las víctimas inocentes de la mayor masacre terrorista perpetrada en España. Como decía el año pasado, desde que empecé a compartir mis desahogos escritos, allá por 2008, primero en mi perfil de Facebook y después en medios digitales, creo que lo menos que puedo hacer es mantener viva la llama de la duda que permanece desde entonces sobre el cerebro del atentado. 192 víctimas mortales y casi 2.000 heridos y mutilados que, junto a sus familiares y allegados, seguramente no habrán podido sacar de sus cabezas aquellos trágicos momentos y de preguntarse por el “por qué” de aquella tragedia, y que merecen nuestro permanente recuerdo y petición de Justicia, con mayúscula en este caso, aunque sus altas instancias no la merezcan en muchos casos. Y, de nuevo, dejo la pregunta que incorporaba en el título del artículo de 2018: “¿Seguimos los españoles sin estar preparados para saber la verdad, Sr. Gómez Bermúdez?”. Porque esa fue la respuesta que este “avispado” juez, que parecía bueno en tiempos, dio a la pregunta que le hicieron al respecto. ¿Seguirá durmiendo tranquilo sin responder con la verdad a esa pregunta? Me pregunto qué tendrá la Audiencia Nacional que parece que degenera a algunos jueces que apuntan maneras y, de repente, algo los desvía del buen camino, ¿verdad, Sr. Grande Marlasca? Claro que eso del buen camino, es relativo. El primero, cambió el “caminito de Jerez” por el que iba a enviar a los responsables del atentado de Atocha y Cercanías, por la autopista que le llevó al ejercicio privado de la profesión en el Bufete Ramón y Cajal, mucho mejor remunerado y sin sobresaltos. El segundo ya hemos visto como degenera día a día como ministro del Interior, pero eso no toca hoy.

Como decía el año pasado, hay que repetir que pasó un año más, el décimo noveno ya, y que después de tres cambios de gobierno, todo sigue igual. Recordaba entonces la famosa novela del autor italiano Giuseppe Tomás di Lampedusa que, en su única obra, El Gatopardo, nos dejó la frase “Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie”. Y es que al “sorprendido” José Mª Aznar, al que se dice que le falló un golpe estratégico que hubiera supuesto, quizás, un duro revés a ETA, hizo lo que debió –¿le faltó acierto… o valor?–, suspender y retrasar aquellas elecciones del 14 de Marzo siguiente. Por supuesto, no iba a ser el “beneficiado”, José Luis Rodríguez Zapatero“José Luis, hemos ganado las elecciones”, se dice que le dijo aquella tarde de jueves el inefable José (“Pepiño”) Blanco a su jefe–, el que moviera un dedo para que se aclarase la autoría del atentado que lo había llevado a ganar unas elecciones que el día anterior tenía perdidas, según todas las encuestas. Pero es que, tampoco, el principal perjudicado, Mariano Rajoy, que se quedó con la miel en los labios de saborear la herencia que su predecesor azul le había dejado al designarlo sucesor de su mayoría absoluta de 2000, un craso error, en mi opinión, que supongo habrá lamentado el designador. Por supuesto, el clon del “beneficiado”, Antonio “Narciso Pinóchez” y otras malas hierbas, tampoco iba a hacer nada tras su “asalto” al poder con su moción cocinada –“morcillada”, sería más apropiado llamarla–. Y así seguimos, diecinueve años y tres gobernantes después de la masacre.

No voy a repetir todo lo recordado cada año, sino a recuperar lo esencial de lo que escribía al respecto el año pasado, cuya lectura puede ser recomendable. Acompañaba aquel artículo con otros enlaces de años anteriores que tampoco voy a repetir de nuevo, ya que pueden recuperarse en la hemeroteca. Pero como decía también, hay que dejar la llama encendida sobre un tema del que puede que algún día “estemos preparados” para conocer su trasfondo y que no tengo dudas de que se cerró en falso.

Continuando con el aniversario y como he repetido muchas veces: “Sigo pensando que todo parecía estar muy bien orquestado para la manipulación que PSOE y medios afines, junto al entonces juez Baltasar Garzón -que ‘pasaba por allí’ sin estar de guardia-“. Mantengo mi pregunta: «qui prodest?” -¿a quién benefició?-. Sin duda, los beneficiados directos, “sin que ello suponga acusación directa alguna”, fueron el PSOE y José Luis Rodríguez que, como decía antes, ganó las elecciones de 2004, tres días después del atentado, cuando nadie apostaba por ello. También se benefició ETA –según algunos, acabada–, hoy socio preferente del desgobierno a través de BILDU, el partido que los representa, que lo apoya en los “PGETA” y otras barbaridades “frentepopulistas”. Por ¿último?, parece que también les vino bien el atentado a “los vecinos del Norte y del Sur, que nunca se destacaron especialmente por su cariño a España. Por cierto que se ha divulgado recientemente un vídeo en el que se habla de una posible “amenaza”, por parte de Marruecos, de desvelar cierta información sobre el atentado –y otras cosas que se salen del tema–, que ha forzado a una postura generosa del marido de Begoña Gómez con el rey de Marruecos, que no pierde ocasión de desairarlo. Complementando lo anterior, vuelvo a repetir un año más que “Sigo sin encontrar respuesta a por qué, el principal afectado, el PP, no quiso llegar hasta el final de la investigación en su etapa de Gobierno, 2011-18, y por qué, una persona –supuestamente, añado ahora– preparada y experta en política como Rajoy, no investigó todo. Sólo me queda pensar, ¿qué teme o qué debe y, en su caso, a quién?”

Termino con mi párrafo final que desgraciadamente no pierde vigencia: “me despido otra vez con mi desesperanzado y triste “Hasta el año próximo. D. E. P. las víctimas inocentes y todo mi apoyo y respaldo a sus, no menos inocentes, familias”. Y, como siempre, reclamando MEMORIA, DIGNIDAD y JUSTICIA, por respeto a los 192 muertos, a los casi 2.000 heridos y mutilados -muchos con traumas psicológicos incurables-, a sus familias, insisto, y a los millones de españoles que lo condenamos y seguimos queriendo saber TODA LA VERDAD, CAIGA QUIEN CAIGA. Como resumen, que, a ver si el próximo gobierno –parece que más cerca ya– recoge el guante –por optimismo que no quede– porque, como terminaba el años pasado, desde 2004, “Los diferentes gobiernos, por acción o por omisión, pactada o cobarde, siguen en deuda con todos nosotros y, mientras tanto, seguiremos pidiendo reabrir el juicio”.

Antonio De la Torre,  licenciado en Geología, técnico y directivo de empresa. Analista de opinión.

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