Otro año más un presidente del gobierno se dirige a los militares y guardia civiles españoles destinados por el mundo (este año suman 2.000) por videoconferencia. Objetivo del jefe del Ejecutivo con los contingentes españoles que están fuera del país, felicitarles la Navidad y agradecerles su trabajo y su esfuerzo por estar fuera de sus casas en fechas tan señaladas cumpliendo con su deber.
Todo un detalle personarse Rajoy por videoconferencia, después de que la vicepresidenta Santamaría fuera de visita oficial a la base militar española en Afganistán, acompañada por el ministro Morenés, donde no se «rindieron honores», no se «pasó revista» a las tropas y no sonó el himno de España. Alborotada y complicada está la cosa.
Aunque este felicitación navideña va siendo costumbre, el presidente Rajoy tiene práctica en utilizar estos medios alternativos a la presencia física.
Todos recordamos las ruedas de prensa por plasma. En las que se esconde de los medios de comunicación y de la sociedad, ridiculizando e infravalorando a los comunicadores con soberbia y aquiescencia de presidente.
Quizá el nuevo año depare la utilización de las fórmulas comunes de comunicar e informar. Las elecciones todo lo pueden. Y la felicitación a los militares por el mundo es un hecho.