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A propósito de Sabino Arana: Nacionalismo e izquierdismo

Deseo compartir con los lectores unas ideas sobre una esquela que, por una casualidad que puede no ser tan casual ha llegado recientemente a mis manos. Se trata de la esquela que publicó el Partido Nacionalista Vasco con motivo del vigésimo noveno aniversario de su fundador, Sabino Policarpo Arana Goiri. Don Sabino, tras haber militado en el movimiento carlista, fundó el Euzko Alderdi Jeltzalea – Partido Nacionalista Vasco , partido que dirigió y por el que llegó a ser diputado provincial de Vizcaya. A él también se debe la creación de la icurriña, actual bandera de la Comunidad Autónoma del País Vasco.

Nacido el 26 de enero de 1865, don Sabino Policarpo falleció el 25 de noviembre de 1903, con 38 años a causa de la enfermedad de Addison, mal inmunológico debido a una lesión en las glándulas suprarrenales, lo que produce un déficit de hormona cortisol y, a menudo, de aldosterona. Las glándulas suprarrenales forman parte del sistema endocrino. Esto puede ser una muestra de que o bien los vascos, especialmente los vizcaínos no son la raza superior que pretenden o bien de que el cuento que tantas veces escuchamos al secularizado P. Javier Arzallus (S. J.) sobre el RH- no deja de ser otra de las patrañas de estos “illuminati” que hunden sus raíces en el romanticismo. Recuérdese el famoso «No estoy diciendo que los vascos tengan derecho a quién sabe qué supremacía. La cuestión de la sangre con el RH negativo confirma sólo que este pueblo antiguo tiene raíces propias, identificables desde la prehistoria como sostienen investigaciones de célebres genetistas«.

Pese a su corta vida el señor Arana dejó plasmada sus ideas en 33 obras poéticas, 14 libros políticos y literarios y más de 600 artículos en prensa. Ideas que en la actualidad su pensamiento continúa siendo polémico, muy criticado por sus detractores y justificado por parte de sus seguidores. Otra parte no lo deben de tan claro cuando, en la reedición de sus obras completas, con motivo del centenario de su muerte, omitieron no pocos de los títulos que las deberían integrar.

Sin más preámbulos, paso a reproducir la esquela que los dirigentes del PNV publicaron en el diario Euzkadi el 25 de noviembre de 1932

Cuando el PNV celebró el centenario de su muerte, hubo en Bilbao quien consideró necesario recordar que su pensamiento se caracterizó por ser racista, xenófobo y etnicista. Vamos a ver algunas perlas escogidas que proceden de los periódicos y revistas en los que difundió su ideario,como BizkaitarraBaserritarra o La Patria.

  • El bizkaino es de andar apuesto y varonil; el español o no sabe andar, o si es apuesto, es tipo femenino.
  • Es preciso aislarnos de los maketos. De otro modo, aquí en esta tierra que pisamos, no es posible trabajar por la gloria de Dios.
  • Nosotros, los vascos, evitemos el mortal contagio, mantengamos firme la fe de nuestros antepasados y la seria religiosidad que nos distingue, y purifiquemos nuestras costumbres, antes tan sanas y ejemplares, hoy tan infestadas y a punto de corromperse por la influencia de los venidos de fuera.
  • Conste que desde luego que de ese roce del maketo con el bizkainosolo brotan en este país irreligiosidad e inmoralidad. Eso lo demuestran los hechos y se explica perfectamente.
  • Nosotros odiamos a España con nuestra alma, mientras tenga oprimida a nuestra Patria con las cadenas de la esclavitud. No hay odio que sea proporcionado a la enorme injusticia que con nosotros ha consumado el hijo del romano. No hay odio con que puedan pagarse los innumerables daños que nos causan los largos años de dominación.
  • Gran número de ellos parece testimonio irrecusable de la teoría de Darwin, pues más que hombres semejan simiospoco menos bestias que el gorila: no busquéis en sus rostros la expresión de la inteligencia humana ni de virtud alguna; su mirada solo revela idiotismo y brutalidad.
  • Antiliberal y antiespañol es lo que todo bizkaino debe ser.
    Muchos son los euskerianos que no saben euskera. Malo es esto. Son varios los que lo saben. Esto es peor. Gran daño hacen a la patria cien maketos que no saben euzkera. Mayor es el que le hace solo maketo que lo sepa. Para el corazón de la Patria, cada vasco que no sabe euzkera es una espina; dos espinas cada vasco que lo sabe y no es patriota; tres espinas cada español que habla euzkera.
    (¿No les recuerda esta última idea a Javier Arzállus y su famoso «Yo no soy racista. Yo prefiero a un negro, negro, que hable euskara que a un blanco que lo ignore«?). En cualquier caso, creo que ambos están en consonancia con lo que Miguel de Unamuno, posiblemente el vizcaíno mas universal de los últimos tiempos considera “La absurda virginalidad racial del nacionalismo vasco.

Podría seguir llenando páginas con citas y dislates de uno y otro y de sus allegados y satélites. Pero no es éste mi propósito. Mi verdadero propósito es llamar la atención de los lectores y hacer que reflexionen sobre la cruz esvástica que se ve en la esquela.

Si vamos a la historia, veremos que, publicada el 25 de noviembre de 1932, apenas faltaban dos meses para que las urnas –esa cosa que unos sacralizan y que otros creemos que su mejor destino es el de ser rotas- hicieran que otro partido nacionalista y racista, llegara el 30 de enero de 1933 al poder en Alemania.

Recordemos que el nacionalsocialismo creía más en las naciones (un pueblo con una misma raza y cultura) que en los estados de la época. ¿Es posible que los nacionalistas vascos esperaran el apoyo del III Reich para lograr su independencia como nación?

En 1932, año de la esquela, se acababa de aprobar la constitución de la II República Española, y faltaba tiempo tanto para nuestra Cruzada de liberación nacional, como para el episodio del bombardeo de Guernica el 26 de abril de 1937 o como para que muchos dirigentes del nacionalismo vasco tuvieran que buscar refugio en el exilio (curiosamente el lehendakari José Antonio Aguirre lo haría en Berlín).

Por otra parte, también deseo llamar la atención del lector sobre el hecho de que don Sabino Policarpo hablara siembre de Vizcaya y vizcaínos y no lo hiciera de vascos. Es decir, despreciaba a Guipúzcoa y a Álava, ignoraba a Navarra y ni tenía “in mente” esa parte que hoy reclaman de los tres territorios del País Vasco francés.

Prueba de ello es que la Icurriña fuera diseñada por los hermanos Arana Goiri como bandera para Vizcaya y no para esa entelequia hoy llamada Euzkadi. En Efecto, la ikurriña lleva siendo motivo de polémica desde su nacimiento hace más de 120 años. La primera controversia fue generada por sus mismos creadores, los hermanos Luis y Sabino Arana, que no estuvieron contentos con el uso que se le dio a su enseña.

Para encontrar la explicación a esto tenemos que remontarnos a los primeros días del verano de 1894. Luis Arana Goiri se encontraba en su caserío familiar dibujando el escudo y una serie de leyendas para la fachada de la sociedad «Euskeldun Batzokija», cuya inauguración se iba a celebrar pocos días después en Bilbao. Su hermano Sabino estaba junto a él haciendo unos garabatos en una hoja de papel, hasta que se volvió y preguntó: «Mira Luis, ¿qué te parece este diseño de bandera para Vizcaya que concuerda con el escudo?». El menor de los Arana no pensó en Navarra ni mucho menos en el País Vasco.

Luis recordaba esta anécdota 40 años después, comentando que le gustó aquella idea esbozada por su hermano a la que inmediatamente después le dio la forma adecuada y los colores convenidos. El objetivo, según aseguró en varias ocasiones esta figura histórica del independentismo vasco, no era crear la que fue considerada más tarde la primera ikurriña de la historia. Ni tampoco representara oficialmente a todos los vascos, como ha ocurrido desde 1979 y durante un breve periodo de 1936.

Inventada la enseña e, incluso, hasta inventado su nombre (a partir de las palabras vascas «ikurra», que significa símbolo, y «ehuna», que significa tela) los hermanos Arana la cedieron para que fuera izaba en el mástil principal de la sociedad «Euskeldun Batzokija», en Bilbao, el 14 de julio de 1894. Fue el primer acto colectivo del nacionalismo vasco, lo que llevó a la malinterpretación de que la bandera fuera considerada también como el primer símbolo de éste.

Pues estos individuos que tanto desprecian a España y lo español, junto con los nacionalistas catalanes, que no se quedan atrás, son los que hoy sostienen el Gobierno del Reino de España, apoyando a su presidente don Pedro Sánchez y Pérez-Castejón a cambio de las monedas de plata que le sacan de vez en cuando.

Para ir concluyendo, diré que la afinidad, más por interés que por otra cosa, entre vasquistas y catalanistas viene de lejos. Como leemos en la Historia del Nacionalismo Vasco (1793 – 1936) de Maximiano García Venero, Ed. Nacional, 1945, Pp. 447 y 448 : “Es en el Parlamento de 1933 donde la minoría nacionalista vasca empieza a desarrollar una laor política acorde con su ideología. En principio fue considerada como una fuerza de derecha, y se puso en relación con grupos de la CEDA, agrarios y radicales. Las fuerzas republicanas de izquierda habían quedado convertidas en minorías casi atómicas, y el partido socialista, con sesenta diputados, derivaba hacia resoluciones revolucionerias.

¿Se repite otra vez la Historia? Pues continúa García Venero: “En aquel Parlamento elegido en noviembre de 1933, el P.N.V. encontró amistad con la minoría catalana de izquierda. Los primeros contactos entre catalanes y vascos se habían realizado por medio de la Lliga; ahora los proseguían los que se apellidaban nacionalistas y republicanos de izquierda”.

Como vemos, la Historia se sigue repitiendo. Y, en este triste contexto, quiero concluir con las palabras que hoy no viene mal recordar y tener en cuenta, que un socialista vizcaíno, Antonio Zugazagoitia y Frías, publicara en una obrita de 1932 titulada “Panfleto antiseparatista”. Dice así: “ Al izquierdismo no le queda más que una obligación y es que España ante todo que lograr el porvenir, el auge y la grandeza de España. Abajo el autonomismo que nos conduce a una segregación fratricida. España ante todo. El Partido Socialista tiene un dilema en este momento cumbre de nuestra historia: o bien combate al piojoso reaccionarismo separatista y transige cobardemente con él, o se dedica a dotar formidablemente a la España de hoy y a la España del futuro”.

Pedro Sáez Martínez de Ubago, historiador

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