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La Noche de San Daniel

La Noche de San Daniel

Número 45

El primer reinado de corte liberal de la monarquía española fue el de Isabel II, hija de Fernando VII, desde 1833 a 1868. Tres años antes de su finalización, por obra y gracia, de una revolución, llamada del 68, se producía en Madrid la llamada Noche de San Daniel. Era el 10 de abril de 1865.

Meses antes los ánimos se habían encrespado entre el gobierno del general Narváez y los estudiantes universitarios, muy críticos con el gobierno y reinado de Isabel II. A saber, la reina Isabel II, por ley acababa de recibir en propiedad el 25% del llamado patrimonio real, hasta ahora propiedad del gobierno.

El entonces catedrático de la Universidad Central de Madrid, el luego famoso líder político y presidente del gobierno, Emilio Castelar, se había atrevido a mostrar sus críticas ante dicho acuerdo públicamente – en varios artículos en el periódico La Democracia-.

El gobierno pide su cese como catedrático y su ingreso en prisión. El rector de dicha universidad se niega a ejecutar la orden gubernativa y sufre su cese inmediato. Los acontecimientos se precipitan. Varios profesores dimiten de sus puestos y los estudiantes comienzan las protestas.

Ante dichas protestas y, para evitarlas, el gobierno declara el Estado de guerra. Confía, con ello, que las protestas no se produzcan. A pesar de ello, el gobernador civil de Madrid autorizará las protestas. Tiene que intervenir la Guardia Civil para evitarlas.

A los días, se nombra a un nuevo rector, que promete su fidelidad a la reina, o lo que es lo mismo, esta de acuerdo con los ceses acaecidos días antes. Ello provoca nuevas protestas. Se llevan a cabo ya no en el centro de Madrid, sin en barrios del extrarradio. Es tal la protesta que ese día 10 de abril ya citado, un numeroso grupo de personas se presenta en la Puerta del Sol, vigilada día y noche por la Guardia Civil.

El gobierno da la orden de disolver a los manifestantes. Para ello, acerca a dos unidades del ejército, de infantería y de caballería, para apoyar a la Guardia Civil. Orden rotunda, disolver la protesta.

Se producen varias cargas, con disparos y bayoneta calada.  Los manifestantes se dispersan, no antes de haber intentado mediante barricadas, impedir el paso al ejército. 14 personas mueren y casi 200 son heridas.

Ese mismo día el gobierno da explicaciones en el Senado de la Nación y censura las noticias que van a dar del hecho los medios de comunicación. Pero no basta. En días sucesivos, políticos de la talla de Antonio Cánovas del Castillo y otros muchos no se conforman con las explicaciones dadas por el gobierno.

El gobierno del general Narváez está herido de muerte. Poco tiempo después sería cesado por la mismísima reina Isabel II.

Andrés Valencia, profesor e historiador

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