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La guarnición militar de Jaca se subleva contra la monarquía

Número 28

Hoy en día la izquierda española clama contra la monarquía de este país. El rey emérito Juan Carlos I es su cabeza de turco. Sus errores se aprovechan para socavar a la corona española.

Pero esto no ocurre por primera vez en este país. Ya en época de su abuelo Alfonso XIII, rey de España desde 1902 a 1931, se produjeron múltiples disturbios y múltiples movimientos políticos, también provocados por la izquierda que, entonces provocaron la caída de la monarquía en este país.

Uno de ellos se produjo el 12 de diciembre de 1930, cuando un capitán del ejército, de nombre Fermín Galán, sublevaba a la guarnición de Jaca contra el gobierno de Alfonso XIII. Los insurrectos mataban a un sargento de la guardia civil y a dos carabineros y proclamaban la República en el Ayuntamiento.

Pero los golpistas no saben que todos sus movimientos eran conocidos desde finales de noviembre por la entonces Dirección General de Seguridad, dirigida por entonces, por el luego famoso general Mola.

Lejos de detenerles, Mola escribe a Galán en estos términos: “Sabe el Gobierno y sé yo sus actividades revolucionarias y sus propósitos de sublevarse con tropas de esa guarnición: el asunto es grave y puede acarrearle daños irreparables (…) Recuerde que nosotros no nos debemos ni a una ni a otra forma de gobierno, sino a la Patria, y que los hombres y armas que la Nación nos ha confiado no debemos emplearlos más que en su defensa. Le ruego medite sobre lo que le digo, y, al resolver, no se deje guiar por un apasionamiento pasajero, sino por lo que le dicte su conciencia. Si hace algún viaje a Madrid, le agradecería tuviera la bondad de verme”.

Galán se puso nervioso. El 12 de diciembre, en Jaca, donde estaba destinado, él y otro capitán, García Hernández, se levantaron, proclamaron la República y marcharon sobre Huesca. Fue un desastre: los golpistas fueron rápidamente neutralizados. Galán y García Hernández terminarán apresados, sometidos a juicio sumarísimo y fusilados el día 14. En cuanto a los responsables políticos, la Corona ejercerá con ellos una sorprendente indulgencia.

El episodio de Jaca fue en realidad un trágico error. El gran plan estaba en otro lado: desde meses atrás, los republicanos habían acordado una revolución que debía comenzar con un levantamiento militar el día 15 de diciembre. El proyecto procedía directamente del Pacto de San Sebastián firmado en agosto anterior, por el que varias fuerzas políticas se habían comprometido a promover de una forma o de otra la República. Pero ninguno de los firmantes era revolucionario. Los promotores de la operación eran Alcalá-Zamora y Miguel Maura, los dos católicos y moderados. Estaban también Lerroux y Azaña, y los regionalistas y nacionalistas gallegos y catalanes. Los socialistas, al margen del pacto, se comprometieron a proclamar una huelga general. En el ejército había centenares de oficiales que pertenecían a la Masonería y estaban dispuestos a levantarse contra la monarquía: Ramón Franco y Queipo de Llano eran dos buenos ejemplos. Pero esta ya es otra historia.

Andrés Valencia, historiador y profesor

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