En mis años profesionales, sobre todo a nivel hospitalario, la interconsulta era fundamental, sobre todo por mi ignorancia; por eso consultas, hablas, pides ayuda, hablas con laboratorio, y cómo no con farmacia hospitalaria. ¡Cuántas dudas me resolvieron los farmacéuticos de mi hospital siempre que acudí a ellos! «Espera que lo estudio y te llamo…» Porque los tratamientos mixtos han sido para mi trabajo hospitalario fundamentales, medicación la justa y la psicoterapia de apoyo activa, conductual-cognitiva, y con el consejo de la farmacéutica, apoyabas el tratamiento y aclarabas algunas dudas, que el paciente te podía plantear, gracias a mi farmacia hospitalaria, las veinticuatro horas de guardia… ¡Cuánto me acuerdo y qué tranquilidad me daba a nivel personal y profesional! El paciente se tomaba la medicación con mayor conciencia activa y ella reforzaba a su vez nuestra terapia de apoyo. Un tándem perfecto, y toda la literatura especializada, lo recomienda y lo valora.
En España hay aproximadamente 70.000 farmacéuticos que trabajan en las 22.071 farmacias comunitarias del país. A estos hay que sumar, además, a los técnicos que también desarrollan su labor en estos espacios, según datos del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos. Es un colectivo que está siempre y más ahora en primera línea, son la “infantería de marina” en cuanto a muchas áreas prácticas de la salud y especialmente en cuanto a la Covid-19 se refiere, yo personalmente nunca lo dudé. He tenido una gran experiencia con todos ellos y muy buena, sobre todo a nivel práctico y de consejo sanitario. Con la necesidad que tenemos ahora y siempre de profesionales sanitarios y tenemos estos setenta mil profesionales y con un silencio administrativo que redunda en la pura injusticia, los suprimimos con un silencio fragante. ¡¿Pero qué nos pasa, que estamos haciendo, con la necesidad que tenemos y cuanta más necesidades tenemos más ineptos somos?!
Son auténticos boticarios, profesionales de la salud, no importa sean públicos o privados; reciben, dispensan, aconsejan y atienden tanto a pacientes infectados como a no infectados. Incluso decenas de ellos han sido contagiados, otros han muerto. Todos ellos trabajan día y noche en una sociedad muerta de miedo, no son funcionarios, vale; pero son sanitarios… (La Razón, sept.20) ¡Con la que está cayendo y perdemos el tiempo preguntándonos si son o no son sanitarios y si realmente sirven o no sirven! ¿pero que está pasando en España y en algunos sectores más implicados en salud general…? Los farmacéuticos, todos, tienen una actividad “profunda, interior, en la rebotica” que no se ve, porque consideramos incultamente, que es un supermercado directo de medicamentos… ¡No queridos lectores! Es un profesional que está siempre al servicio del paciente, de quien tiene dudas y de quien no sabe -muchas veces-, lo qué recibe y para qué sirve, y el farmacéutico te lo explica, te ayuda y aconseja… Cuánto me gusta a mí, cuando me dice: «¡Le voy a dar el genérico que es más barato y hace lo mismo!» Me lo tomo con más gusto, pues si hace lo mismo, mejor que mejor, que sea más económico.
La carrera de farmacia es muy importante por esa amplitud de conocimientos y la versatilidad de sus habilidades, junto al hecho de ser el profesional más cercano, los farmacéuticos “nos convertimos en confesores incluso videntes, además de psicólogos”. El paciente en numerosas ocasiones acude a la farmacia para que únicamente le escuches… (Asprofa, III Congreso Nacional de Profesionales de la Farmacia, G. del Caño. Diariofarma). “Porque para ser un héroe, hay que tenerlo todo, como en botica y, vemos unas 150 personas cada día en la farmacia, que si no nos protegemos somos una bomba biológica en el mostrador”, me decía mi farmacéutica el otro día, comentando las declaraciones de Simón poco profesionales al respecto y el enorme dolor que les produjo a estos profesionales de “infantería de marina en la salud”.
Concluyo con este mensaje de mi farmacia: “El setenta por ciento de mi barrio son personas de setenta y más años, muchos viven solos, no tienen familia cercana, no pueden venir por sus medicaciones que intentamos llevárselas a casa; hasta llamamos por teléfono, si observamos que llevan tiempo sin venir a por los medicamentos…y, lo hacemos de forma gratuita y con cariño, creo que merecemos un respeto y una repuesta social y administrativa de otro nivel más institucional”.
Dr. Emilio Garrido Landívar , Catedrático de Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos (CEU)