Mientras Sánchez acepte los votos de los amigos de ETA, mientras que Sánchez acepte los votos de los nacionalistas vascos y catalanes, poco puede esperar del principal partido de la oposición.
La reunión que hoy va a mantener con el PP es una inutilidad, un paripé, y Sánchez lo sabe. Hay una línea roja que ningún partido debería traspasar y es el depender de partidos afines a ETA o con etarras en sus listas o el depender de quien quiere destruir España. ¿Puede ser el ansia de poder tan grande, véase Sánchez o Chivite, aquí en Navarra?.
Cuando un país lo necesita, los gobiernos pueden aunar a los principales partidos para salir adelante y no tener que depender de aquellos que quieren todo lo contrario. Y España necesita de ello.
Un Gobierno dependiente de quienes quieren destruirlo se augura débil, muy débil y que va a durar muy poco. ¿Entonces para qué tanta negociación?
La respuesta clara, mandar aunque sea poco, el caso mandar.