La Ley del “euskera”, como así lo llaman los nacionalistas vascos, vascuence, como así aparece en el Amejoramiento del Fuero navarro, atenta claramente contra la igualdad entre los trabajadores.
Que un trabajador, por el hecho de saber “euskera” -no vascuence-, tenga más privilegios u más posibilidades labarorales que otro que no lo sabe, atenta claramente contra los principios constitucionales que rigen las leyes de este país.
El Gobierno nacionalista vasco de Navarra, hoy en funciones, en estos últimos cuatro años ha hecho todo lo posible e imposible por imponer el “euskera” en todos los campos que ha podido.
Este Gobierno sabe que no llega al 8% de la población su uso. Pese a ello, quiere imponerlo por las malas, creando leyes que atentan contra la libertad.
Es el caso de la llamada Ley del “euskera” en la administración que crea casos esperpénticos, tales como la prevalencia de un bombero que sepa “euskera” sobre otro que no lo sepa, como si apagar fuegos se hiciera mejor con o sin un idioma; o el caso de un médico que por saber “euskera” tiene más ventajas, como si salvar a una persona o no dependiera de un idioma.
Suponiendo, al fin, que sean los de fuera de Navarra, los que lo hablan, los que opten y se queden con los puestos de trabajo.
UPN acaba solicitar su derogación. Hasta hace poco el PSN estaba en contra de dicha ley. Ahora inmerso en una negociación nefasta para Navarra, es capaz de tragar ruedas de molino, cuando estos cuatro años de nacionalismo lo ha criticado junto a UPN, alto y claro, con rotundidad.
Increíble y aberrante.