El presidente francés, Emmanuel Macron, afronta el examen del primer año desde su elección en el que ha hecho reformas a un ritmo frenético sin generar un frente de oposición sólido, pero ha asentado una imagen de que gobierna para los ricos.
Desde que el 7 de mayo de 2017 dos tercios de los franceses que acudieron a las urnas le dieron su apoyo, algunos más para cortar el paso a la líder de extrema derecha, Marine Le Pen, que por adhesión a su programa liberal, Macron ha cumplido su promesa de sacudir un país al que se le había pegado el sambenito de irreformable.
Un 59 % de los franceses no quiere que Macron vuelva a presentarse