El Sevilla entró en el siglo XXI con ganas de hacerse notar y lo que pareció en 2006 un éxito nunca más alcanzable, la disputa de una final europea, se ha vuelto en una dichosa rutina para una fiel afición especialista en vivir finales y organizar viajes para asistir a ellas.
Llevaba el centenario club hispalense una larga travesía por el desierto de la mediocridad, con solo puntuales logros de ganar ‘la liga particular’ a su eterno rival, el Betis, o superar en algún partido a los dos colosos del fútbol español y europeo, el Real Madrid o el FC Barcelona.
Personalmente no soy tan aficionado al fútbol como para tragarme un partido donde en los prolegómenos se insulta a mi himno , mi bandera y mi rey … paso.