La periodista experta en yihadismo Anna Teixidor (Figueres, 1978) recuerda que en 2014 un policía le contó, como una anécdota «sin importancia», que en Cataluña se estaban homenajeando mártires que habían dejado España para viajar a Siria.
Si entonces ya vio que «era una hilo del que debía tirar», ahora asegura, en un entrevista con Efe, que es necesario volver a hacerlo y «reconstruir todo lo que pasó en Ripoll», localidad donde vivían los autores de los atentados de Barcelona y Cambrils del 17 de agosto, de los que hoy se cumplen seis meses.
«Tenemos que conocer exactamente los últimos meses de vida de los chicos, qué comportamiento tuvieron en casa o si sus padres detectaron algo que pueda verse como elemento de alerta», ha detallado Teixidor, que defiende «crear una contranarrativa para poder desestabilizar el discurso estructurado, bien pensado, cohesionado y coherente que dan a sus seguidores».
Una contranarrativa que la periodista, que actualmente trabaja en TV3, construye en su libro ‘En nombre de Alá’ (Plataforma Editorial, 2017), donde recoge las voces de combatientes, familiares y confidentes del yihadismo.
Teixidor subraya que «es importante hacerlo porque hay una preocupación creciente para evitar que haya otros chicos como los de Ripoll, que den suficiente autoridad moral a una persona que les dice que se puede justificar la violencia por Dios».
‘En nombre de Alá’ explica la historia de Tarek, un joven marroquí, criado en Cataluña, que un día viajó a Siria y se unió al grupo yihadista Jabhat al-Nusra y con quien Teixidor estuvo dos años hablando casi a diario por Facebook.
Tarek insistía en convertirla en su esposa, pero la periodista le dejó claro que su único objetivo era entrevistarle, aunque nunca lo consiguió y solo le arrancó unas palabras en catalán en una nota de voz: «Fa un fred que pela!» (¡Hace un frío que pela!).
Su libro también da voz a una adolescente de 20 años, confidente de un cuerpo policial, que la anima, a cambio de nada, a que entre en foros o grupos de WhatsApp con jóvenes que quieren viajar a Siria y que pase informes a los investigadores, pero acaba detenida y en prisión por otro cuerpo policial acusada de terrorismo, porque no tenía ninguna prueba de su papel de confidente.
Otra de las historias reales del libro es la de Maryam, la viuda de un muyahidín muerto en la guerra, que pasa de la indignación por la decisión de su marido hasta el convencimiento y la admiración.
A diferencia de la edición en catalán ‘Combatents en nom d’Al·là’, publicado en 2016, en la versión en castellano, Teixidor incluye la historia de una familia con dos hijos pequeños que dejó Cataluña y se marchó a vivir al califato, que construye con el testimonio de familiares y conocidos.
Según la periodista, algunos testimonios acceden a explicar sus historias por «proselitismo, para conseguir que te convenzas y des el mismo paso que ellos», sobre todo en el caso de los combatientes, pero asegura que también lo hacen porque «necesitan hablar con alguien que esté fuera de la guerra y que, en el caso de Maryam, no la juzguen por lo que ha vivido: lo que te encuentras es gente con muchas ganas de hablar y de que se les escuche».
Teixidor, que lleva a cabo todas las investigaciones con su pareja y compañero de trabajo para «no quedar imbuida por el mundo virtual que supone», pisa terreno y pregunta a familiares y amigos de los simpatizantes.
«Explican sus historias porque quieren aislarse de la decisión de sus hijos, sus hermanos o sus parejas; muchas veces son los primeros sorprendidos», detalla Teixidor, que opina que «las familias necesitan explicarse, porque no dejan de estar angustiadas por un retorno sin ninguna garantía».
La periodista ha mostrado su «preocupación» porque dice que «no se está trabajando con las viudas con hijos, cuyos maridos han muerto en combate o se han inmolado: se debería trabajar con estas personas porque este viaje crea muchas contradicciones».
«Tienen que entender que quizás el padre o el marido fue objeto de manipulación y engaño», recalca la periodista, que asegura que los procesos de radicalización pueden suceder «perfectamente en personas conversas».
«Nos equivocaríamos si pensáramos que esto solo puede afectar a gente que no se siente identificada con nuestro país, porque también hay un fuerte componente ideológico», opina.
Teixidor explica que «lo que hace que pase en un sitio y no en otro» es la presencia de un reclutador y pone como ejemplo el imán de Ripoll -al que mañana dedicarán un reportaje del programa ’30 minutos’ de TV3-, que «escogió premeditadamente un lugar con poca población inmigrante donde podía pasar desapercibido: un lugar más cerrado y alejado de los círculos donde él se había movido los 17 años anteriores que había estado en Cataluña».
Anna Teixidor se acercó al fenómeno de la radicalización y el yihadismo por la «anécdota sin importancia» del homenaje a mártires islamistas en Cataluña que le contó un policía, pero ella afirma que «nada pasa por casualidad». EFE
Carla Riverola Brutau