Los libros y las rosas inundan desde primera hora los puestos y tenderetes de librerías, almacenes y diferentes instituciones y entidades instalados en las calles de Cataluña, especialmente en los centros urbanos, en un Sant Jordi que coincide en domingo y con muchos comercios abiertos.
Los floristas prevén repetir las cifras del año pasado y vender unos seis millones de rosas este Sant Jordi, a pesar de que el hecho de que la festividad caiga en domingo ha llevado a las empresas a comprar menos flores para regalar entre sus empleados y clientes, hecho habitual cuando la festividad se celebra en días laborables.