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OPINIÓN: La Diada de la Marmota

OPINIÓN: La Diada de la Marmota

“El Día de la Marmota” – que en España se estrenó con el mucho menos interesante título de “Atrapado en el tiempo – es una deliciosa comedia protagonizada por Bill Murray y Andie MacDowell, con un argumento ciertamente original:

Un presentador de TV superficial y arrogante acude a un pueblo perdido de Pensilvania, para hacer un reportaje sobre el evento anual en el que los lugareños usan una marmota con el fin de predecir cuánto durará el invierno. El presentador (Bill Murray) se va a acostar a su hotel la víspera del evento y al despertarse la mañana siguiente se da cuenta de que está otra vez en el mismo día. Y se queda atrapado en un bucle temporal en el que vive esa víspera del Día de la Marmota una vez y otra y otra. Bill Murray llega a intentarlo todo, incluido el suicidio, para salir de ese bucle temporal, pero cada día se vuelve a levantar en la misma cama del hotel, a la misma hora del mismo día. Así que después de vivir la víspera del Día de la Marmota unos cuantos miles de veces, decide emplear su tiempo en hacer algo útil, como aprender piano y enamorar a su compañera de la emisora, Andie MacDowell. No les cuento más para no aguarles la película. Si no la han visto, háganlo, porque merece la pena.

Es uno de esos escasos filmes capaces de dejar huella en nuestro lenguaje cotidiano. La expresión “esto parece el Día de la Marmota” tiene su origen en esa película y se utiliza hoy en día de modo común para referirse a cualquier situación en la que se repiten una y otra vez determinados problemas o determinadas estupideces.

Nosotros también tenemos en España nuestro peculiar bucle del tiempo: la Diada de la Marmota, que se celebra todos los años el 11 de septiembre, y en la que volvemos a revivir el peculiar delirio de algunos separatistas catalanes.

¿Recuerdan Vds hace tres años, esa cadena humana de 2013 que iba a marcar el inicio de la Cataluña independiente?

¿Recuerdan Vds hace dos años, esa gran V de 2014, que traería consigo la tan ansiada separación?

¿Recuerdan Vds la Diada del año pasado, que debía representar, según los organizadores, la “Vía Libre” a la República Catalana?

Año tras año, la misma pamema: los separatas celebran la gran manifestación – o concentración, o movilización – que traerá consigo, ahora sí que sí, la creación de un estado independiente. Siempre la misma cantinela y siempre el mismo fiasco: una vez celebrado el evento, los planes de independencia se terminan eternizando, para terminar simplemente caldeando la Diada del año siguiente. Como el célebre cánido de Hermano Lobo, cuando se pregunta a la marmota de la Diada que cuándo será la independencia, invariablemente responde: “El año que viene, si Dios quiere”.

Pero, a diferencia de la película de Bill Murray, la Diada de la Marmota no es idéntica a sí misma año tras año, sino que cada vez que se repite es de manera un poco más cutre que el año anterior. Como si se le fueran gastando las pilas al guión.

Este año, el gran lema parido por los convocantes es “A punt”. Ya saben: todavía no he logrado ligar con la chica, pero estoy a puntito de hacerlo. A puntito. Y la gran polémica que está rodeando la convocatoria es la denuncia hecha por la ANC de que las tiendas de chinos venden camisetas independentistas de imitación, más baratas, y les quitan el negocio del merchandising a los abnegados separatas. Más patético, imposible.

No es de extrañar que la gente abandone en masa el rodaje. Según los datos de los propios organizadores, a falta de una semana para la Diada había en 2013 unos 450.000 inscritos. En 2014, la cifra había bajado a 403.000. En 2015, a 360.000. Y ayer supimos que a 2 de septiembre de este año, los inscritos no llegan a 210.000. Un exitazo de taquilla, vaya.

Como en la película de Bill Murray, supongo que los separatas recalcitrantes de la Diada de la Marmota, después de percatarse de que están atrapados en un bucle temporal, llegarán en algún momento a la conclusión de que pueden emplear su tiempo en algo útil. Y quizá aprovechen los eventos de los años siguientes para aprender idiomas, o a tocar el piano. O a enamorar a su compañera o compañero de manifestación. No se preocupen, tendrán tiempo suficiente: serán muchos años manifestándose por una independencia que es imposible y que los organizadores de esta tomadura de pelo saben imposible.

A los separatas menos recalcitrantes, les recomiendo que vean la película de Bill Murray. Podrán aprender cuál es el secreto para salir del bucle temporal y averiguar, por fin, qué es lo que la marmota predice con respecto a la independencia de Cataluña.

Luis del Pino, Director de Sin Complejos en esRadio, autor de Los enigmas del 11-M y 11-M Golpe de régimen, entre otros. Analista de Libertad Digital.

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