Resulta cuando menos curioso, por lo contradictorio, observar desde hace tiempo cómo hay movimientos organizados de personas que buscan objetivos totalmente opuestos en relación a un mismo escenario. España.
Desde Iberia, pasando por el término fenicio I-spn-ya, por Al Andalus, Hispania, hasta llegar a España, Reino de España… o incluso Espanya para los catalanes… esta tierra ha sido ‘casa común’ de diferentes pueblos y culturas.
Con el paso de los siglos, el Gobierno español ha vuelto a ‘readmitir’ a cientos de los descendientes del pueblo sefardí como españoles. Miles de subsaharianos se juegan la vida todos los días en las vallas fronterizas o en el Estrecho de Gibraltar por pisar suelo español y obtener la nacionalidad. Desde Puerto Rico se ha puesto en marcha otro movimiento para reclamar la nacionalidad española a los isleños y convertirse en la decimoctava comunidad autónoma. Pero lo más preocupante, y peligroso, es lo que se anuncia desde la organización terrorista Estado Islámico. Estos terroristas pretenden adueñarse de España. Tal cual. No es cuestión de que quieran ser españoles o no, no. Quieren imponer su ideario fanático y extender sus creencias religiosas hasta los Pirineos por la razón de la fuerza, que no por la fuerza de la razón, y crear su ‘mundo’ islámico con España incluida. Esa comunidad islámica pretende hacerse con España, o Al-Andalus, como ellos dicen por las bravas.
Mientras tanto, muchos autóctonos (¡qué término tan eufemístico para evitar decir españoles!), muchos españoles nacidos en Cataluña o en el País Vasco tratan de desprenderse de esa condición que otros miles de personas ansían para sí. Y todo ello al mismo tiempo. ¡Qué país tan curioso!
Nieves Ciprés, periodista y ex concejal del Ayuntamiento de Pamplona
Redacción N.I.