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Paramnesias

Este año, 2025, el retorno a la cotidiana rutina me ha trastornado ligeramente. A pesar de que 2025 es el año de la esperanza, nos encontremos con año nuevo y viejas malas costumbres. Continúa y con más rudeza la judicialización de la política, la politización de la justicia (herencias de Felipe González). El ventilador de la fangosfera funciona al 150%. La corrupción nos inunda. La policía tendrá que encontrar las pruebas (si no las han hecho desaparecer) y los jueces dictaminar si los casos de Begoña, el hermano y el fiscal general son delitos y si además ha habido obstrucción a la justicia. Lo que sí es evidente es que hay una falta de ética en todos ellos y una ausencia total de deontología profesional.

Aunque lo que más me perturba son ciertos titulares, que me han provocado varios estados de paramnesia, que significa «ya visto». Viene a ser el desconocido término del castellano para deja vú.

El primero son las noticias del anuncio del cierre de BSH y sus posteriores reacciones y actuaciones. Me retrotraen a cuando viví como protagonista no deseado el cierre, hace 30 años, de la planta donde trabajaba. Las reacciones de incertidumbre y angustia de los compañeros de BSH ante el abismo laboral que se les presenta. El anonadamiento de los directivos al recibir la noticia desde la central. Las buenas palabras de los gobernantes. Lo peor es que durante este tiempo nuestros diferentes gobiernos no sólo no han puesto trabas a estas actuaciones, sino que además sus decisiones económicas están alentándolas. Basta ver otros titulares de nuestra foral economía.

Se me ocurre que se podrían haber redactado leyes que a las empresas que opten por la deslocalización, se les obligue a encontrar empleo a sus trabajadores afectados; ya sea con traslados, antenas de empleo, apoyos a la actualización o readaptación formativa. Y el compromiso de cotizar hasta el 100% mientras esos trabajadores no alcancen en otros empleos sus cotizaciones actuales, así su futura pensión no se verá afectada y tampoco la caja de las mismas.

Las grandes empresas hablan de responsabilidad social corporativa y los políticos de ayudar a los trabajadores pues demuestrenlo. Nuestros políticos deben estar más atentos a los mercados y situaciones de las empresas que se establecen en nuestro territorio. No sólo preocuparse en como exprimir más sus beneficios ajustando la fiscalidad. A toro pasado, no vale convocar reuniones a dos, tres, cuatro bandas para salvar la imagen de que se hace algo para evitar, quizá lo inevitable.

La segunda paramnesia me recuerda una infancia en blanco y negro, con muchos grises y voces quedas. Un noviembre frío al inicio de la adolescencia. Una película, Objetivo Birmania con Errol Flynn. Y al día siguiente no tener que ir a un examen porque Franco había muerto.

Mientras en Alemania Hitler se suicidó. En Italia Mussolini fue fusilado. Así como Ceaușescu en Rumania. En Grecia tuvieron un golpe de estado que derrocó la dictadura de los coroneles. En Portugal su incruenta revolución de los claveles rojos. En Argentina y Chile los dictadores fueron juzgados y condenados en vida. Aquí el pequeño dictador murió de viejo y enfermo en su cama del hospital, desconectado por su yerno y equipo medico habitual. Solo me viene otro dictador fallecido controlando el poder, y que también tenía origen gallego, Fidel Castro.

Considero que no es motivo de conmemoración la muerte y además tranquila de un dictador. Y mucho menos recordarla con más de un centenar de actos a lo largo del año. En otro país les parecería que son actos de reivindicación y exaltación del dictador, apología de su funesta ideología o cuando menos añoranza de la misma. Claro que todo puede ser, hay mucho descendiente de camisa vieja debajo de chaqueta nueva.

Va a resultar que Vizcaíno Casas, abogado laboralista defensor de los derechos de los actores (cuenta la leyenda que nunca perdió un caso), escritor y además facha autoreconocido (ser buen profesional no esto reñido con tener ideas políticas «desorientadas») llevaba razón con sus novelas. Aunque no acertó con la fecha. Y resucitó a los 50 años.

Los expertos afirman que en los trances de paramnesia, el suceso revivido no dura más de 30 segundos. Y más del 60% de la población los ha percibido en algún momento de su vida.

Parece que los expertos se equivocan. En España, el 100% de la población lleva toda su vida acordándose de Franco. Tras 40 años de dictadura, llevamos otros 50 de revival del dictador. No hay ningún español más nombrado en estos últimos 100 años de historia.

Jesús Bodegas Frías, Ldo. en Ciencias Biológicas.

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