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Cambios en la sociedad navarra

La recesión económica que se avecina tendrá como efectos colaterales el incremento de la tasa de paro hasta niveles desconocidos provocados por el efecto dominó en la declaración de EREs en las empresas, retraso de la jubilación a los 67 años y la generalización de los salarios tercermundistas y la interinidad vitalicia. Por otra parte, la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores debido a la desbocada inflación y a los exiguos incrementos salariales unido a la ausencia de la cultura del ahorro doméstico provocará una severa contracción del consumo interno y el consecuente finiquito del consumismo compulsivo imperante en la pasada década.

Como consecuencia de todo lo anterior, asistiremos a una desertización comercial de amplias zonas urbanas, con la progresiva desaparición del pequeño comercio (alimentación, ropa,calzado y concesionarios de automóviles) y de establecimientos de ocio y diversión (bares, cines, restaurantes, discotecas y centros comerciales) consecuencia de la severa contracción del consumo interno que llevará aunado la extinción de incontables medios de comunicación impresa y audiovisual ante la pérdida de ingresos por publicidad, quedando Internet como refugio para navegantes.
Las ciudades asistirán a una revitalización de los cascos antiguos y centros urbanos de las ciudades en detrimento de los barrios periféricos, motivado por la falta de liquidez de las arcas municipales y consecuente reducción de servicios públicos, fruto de la ya mencionada desertización comercial y de la profunda recesión del mercado inmobiliario que conllevarán una acusada reducción de ingresos por impuestos y subsiguiente endeudamiento crónico de los ayuntamientos.

Todo ello provocará el éxodo al medio rural de una población urbana afectada por la asfixia económica con la consiguiente revitalización de extensas zonas rurales, rejuvenecimiento de su población y el resurgir del sector primario. Así, agricultura, ganadería y explotación forestal son sectores que llevan décadas en decadencia, ahogados por la competencia desleal que impone la economía global y sin embargo tienen un enorme potencial para crear eco-empleo. De esta forma, se podrían crear en Navarra cerca de 10.000 puestos de trabajo apoyando la producción ecológica de alimentos, incentivando el consumo local de productos agrícolas y ganaderos autóctonos o promoviendo la conversión de la actual industria forestal hacia explotaciones que cultiven especies de mayor valor añadido o que produzcan de forma sostenible la biomasa necesaria para reducir la dependencia de los combustibles fósiles.

Germán Gorráiz López, analista

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