Con eso de que los políticos no dimiten hasta ser imputados o incluso condenados, no hay forma de que aquellos que lo hacen mal, rematadamente mal, se marchen de una vez.
Es lo que parece que va a ocurrir con el ministro Grande Marlasca. La Audiencia Nacional ha condenado su proceder al exigir que al señor Pérez de los Cobos, cesado por el señor ministro, se le readmita y se le coloque en el puesto que le corresponde. Además, le reprocha que haya actuado con premeditación y alevosía, sin justificación alguna.
Y es que, quién le ha visto y quién le ve al señor Marlasca. De todo lo Grande que llegó a ser en la lucha antiterrorista contra los asesinos de ETA, a todo lo pequeño en que se ha transformado hoy, al beneficiar a los etarras, menospreciar a sus víctimas y castigar, caso de Pérez de los Cobos, por ejemplo, a quien actúa correctamente.
Mal, muy mal, el señor Marlasca. Sólo le queda marcharse. Para eso está la dignidad.