El fenómeno «okupa» no es nuevo. Eso sí, va a más a más. Viene provocado por unos gobernantes que prefieren «okupaciones» ilegales de viviendas, subvirtiendo con ello el derecho fundamental a la propiedad privada y a la libertad individual (fundamento de sus deberes y derechos con los que decides y te heces responsable ante la sociedad). Un hecho que, por otra parte, haría perder escalones de libertad y nos dejaría a merced del poder político.
Un Gobierno que, en estos momentos de tensión y aumento de la «okupación» sin escrúpulos, dice que tenemos una legislación que da “respuesta” a los “okupas” o pretende ampararlos antes que al propietario o hace alarde de una orden de Ley que o tiene muchas lagunas y por tanto es imperfecta y no aplicable o es para no cumplir.
Un ciudadano de a pié se plantearía ¿por qué no aplicar el sentido común y no ampararse en lo que diga la Ley?.
Muy sencillo. Lo que está en juego el la libertad.