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En el confinamiento.., matando moscas con el rabo

Hay un refrán que dice que cuando el Diablo no sabe que hacer mata moscas con el rabo, y en época de confinamiento domiciliario sigue teniendo su vigencia.

Hace un rato mataba el tiempo leyendo prensa, cuando me tropecé con una entrevista a Uxue Barkos. En un arranque de valentía aún sabiendo que en casa no quedaba bicarbonato decidí leerlo. Debo reconocerlo, no defrauda. La línea sigue siendo la habitual. Es sabido que mi opinión de Barkos es la mejor dentro de lo que el personaje permite. Es alguien que aún teniendo un listón bastante elevado en cuanto a incongruencias entre lo predicado y lo aplicado, no deja de superarse. Hoy el soniquete predicado viene a decirnos que con esta crisis hay que promover la sanidad pública frente a la privada. Y yo me pregunto a propósito de su motivación, y este interés repentino. Lo cierto es que me esperaba otra cosa diferente. Creí que hoy querría protestar por las innumerables quejas recibidas en Osasunbidea por la falta de atención del personal sanitario a los pacientes de COVID-19 en euskera, así como por el etiquetado de los equipos de protección y test diagnósticos en castellano e inglés, sin que los chinos las manden en euskera, catalá o galego, pero no. Será que se reserva para la siguiente entrevista.

Me asquea tanta hipocresía. No soporto ver como determinados políticos que se suponen servidores públicos, pretenden iniciar guerras ideológicas contra la sanidad privada, mas aún en un momento como este, cuando ellos se aplican lo contrario de lo que vocean. ¿Parecería razonable que alguien ponga a parir a la sanidad privada y luego se tratase de sus dolencias en la Clínica Ruber? ¿Lo sería más que un paciente oncológico que se hubiese tratado en la Clínica Universidad de navarra se hiciese fotos tras el alta en la puerta de un centro médico público, dando a entender que ha sido tratado allí de forma exclusiva, como si se tratase del más modesto de los ciudadanos?
Pues a mi estas actitudes no me parecerían razonables, ni decentes. Cualquiera diría que quien hiciese eso quiere tomar a los ciudadanos como gilipollas.

Volviendo a Barkos y su entrevista. Tal vez ella como responsable de mantener y formar parte de un gobierno regional competente en la materia podría explicar a la población las medidas que ellos han promovido e implementado para prevenir, evitar y gestionar esta pandemia. Hoy está muy en el candelero el hecho de que por decisión gubernamental o sanitaria los ancianos de más de 79 años parece que no se les ingresa en UCI si tienen coronavirus (ahí lo dejo por si los mordaces periodistas del medio actuante o los asesores de comunicación de Geroa quieren tratarlo en futuras entrevistas).

Los políticos, y aún más los gobernantes deberían preocuparse más de potenciar un sistema público de salud potente, donde sus profesionales, instalaciones y medios fuesen los mejores dentro de las posibilidades de la sociedad a la que sirven. Eso se consigue por ejemplo destinando los recursos públicos al sistema de salud y no a crear redes clientelares para propio beneficio. Esta idea podría suscribirla cualquiera, incluida la entrevistada Barkos. La cuestión es si debe primar el interés general de los ciudadanos u otro distinto. Ahí tal vez no estaríamos de acuerdo. Respecto a la sanidad privada, entiendo que los políticos y gobernantes no deberían hacer nada más allá del control básico legalmente establecido, y en su caso, contratar a título particular sus servicios, si es que lo entienden conveniente. Y, eso si, establecer los cauces de colaboración entre entidades sanitarias públicas y privadas, de forma que en todo caso los ciudadanos (la gente) recibiesen el tratamiento mejor y más apropiado para sus enfermedades y dolencias. Se que es una utopía pero toda actuación que se le aproximase sería muy de agradecer. Personalmente soy de los que piensan que nadie debe dejarse atrás (como dice el lema de los NAVY Seals “Leave no man behind”).

Puede que sea yo quien con este artículo esté matando moscas con el rabo. Tal vez esto no sea así, y sean algunos políticos oportunistas por naturaleza quienes estén sembrando cizaña, para variar,y sean los que se están dedicando a matar las moscas. Cada cual tendrá su opinión. Lo importante, no obstante, es que aún matando moscas o no, lo que no mueran sean ciudadanos.

Juan Pablo Ibáñez, abogado

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