El gobierno aprobaba ayer, definitivamente, la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) a 950 euros -una subida por cierto con trampa- y, oye, curiosamente, también aprobaba la subida del salario de diputados y senadores, a ¡asómbrense! a casi 5.000 euros (sin incluir dietas o comisiones…) y, aquí, de trampa nada
Las diferencias, abismales y, encima, haciéndose aún los defensores de la clase trabajadora. ¡Y, un jamón!
No resulta extraño ver a los líderes de Podemos aplaudir al Rey, ya son la casta, la alta casta, que criticaban. Lo que sí debería ser punible y castigado, sin empleo y sueldo, es que algunos diputados y senadores, se nieguen a reconocer al Jefe del Estado, pero no se nieguen a cobrar 5.000 euros al mes.
O que cobren sin trabajar, sin asistir a su puesto de trabajo, sin cumplir con sus obligaciones o que creen y generen 23 ministerios con sus masivos cargos de libre designación.
Paradójico.
Un Estado de Derecho debería tener las armas necesarias para evitar estos desmanes o debería usarlas las tiene.