«Sin pelos en la lengua», la portavoz del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, acusaba a Pedro Sánchez y a su partido de seguir negociando con quienes quieren referédums ilegales y con quienes quieren la autodeterminación.
A las pocas horas la vicepresidenta Carmen Calvo pedía un Gobierno para antes de fin de año, en alusión clara a los independentistas/golpistas catalanes, para que acepten la investidura de Sánchez.
Dos posturas diametralmente opuestas que auguran inestabilidad política durante muchos meses y que abocan a los ciudadanos a desconfiar aún más de su clase política.
Una clase política empeñada en sobrevivir, sobre todo, aquella que hoy está en el poder y que se empeña en gobernar con aquellos que quieren destruir a este país.
¿Hay solución?