Nieves Ciprés
Y ya está el “derecho a decidir” de nuevo encima de la mesa política. El PNV va a por todas. El derecho a decidir es su más peligrosa demanda.
Decidir, obviamente, su salida de España y la creación de su Arcadia, su Euskalherria, en la que, como no, incluye a Navarra.Peligrosa, sí. Peligrosa porque nuestra Comunidad Foral ya tiene establecido en la Constitución, en la Disposición Transitoria Cuarta decidir si quiere pertenecer a esa creación esuskalerríaca. Con el requisito de una simple mayoría del Parlamento Foral y la de un Referéndum. Una Disposición que, además, ya no permite volver a nuestro estatus, a lo que somos y hemos sido. Lo vengo diciendo, y lo mantengo, es la mayor traición a Navarra y a España, ahora con visos muy probables de poder conseguirlo. La primera negociación que se hizo con esta tierra.
Estas demandas del PNV hubieran caído en saco roto, pero hoy, lamentablemente, entran en lo políticamente correcto. Cataluña es quien ha iniciado el separatismo de España estos últimos años. El País Vasco no podía protagonizarlo con los casi 1.000 asesinatos de ETA detrás. Hoy blanqueados políticamente, puede hacerlo.
Y es que el PNV, el Geroa Bai navarro y socio del gobierno de Chivite, apuesta claramente por el fin de la Comunidad Foral de Navarra incluyéndola de forma meridiana en la Comunidad Autónoma Vasca, en Euskadi. Eliminando de un plumazo su peculiaridad, su autonomía, su historia, su cultura, su lengua y su razón de ser. Contando para ello, de forma inequívoca, con Bildu y, sobre todo, el necesario partido socialista.
Ayer en el Parlamento de Navarra, en la Junta de Portavoces, el PSN se unía a NA+ para rechazar estas referencias a Navarra, pero sin exigir al PSOE federal y vasco la retirada del apoyo al PNV en este ataque a nuestra identidad como línea de flotación navarra.
Nada extraña, por tanto, que en este mes de “juego de tronos” para un posible gobierno de Sánchez, de la turba nacionalista reflejada en la red de apoyo a los presos de ETA, Sare, mostrando su preferencia por un gobierno PSOE-Podemos (marca blanca de Bildu), pasáramos al ataque a la Constitución en Cataluña, justo el día su 41 Aniversario, donde se quemaron y rompieron ejemplares de la Carta Magna y del Rey. Y nada pasa.
“Un suma y sigue” que amenaza con un Gobierno de testaferros del nacionalismo más excluyente y radical. España necesita un Gobierno sí, pero no a costa de entregar el país. Esperemos que no.
Hoy, los separatistas actúan con mayor fuerza, saltándose la Ley y la Constitución. Cuando en 2002 los batasunos, hablaban o planteaban el conflicto que, decían, había en la Comunidad Autónoma Vasca y en Navarra, recibían una negativa rotunda. Batasuna acabó ilegalizada y ETA acorralada con el Estado de Derecho. Simplemente, porque se aplicaba la Ley de Partidos, una Ley que hoy, vigente todavía, ni se ve, ni se encuentra y los políticos ni la demandan.
Con todo esto, de falsos discursos nos alimentan. El Día de Navarra la socialista/nacionalista, Maria Chivite mostraba la autocomplacencia en la que vive de este gobierno pentapartito que solo en las palabras se sustenta. Más preocupado por mantenerse en el poder, haciendo sufrir a las arcas forales para pagar los sueldos del aumento de cargos políticos que cuadruplican el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), mientras el paro aumenta.
Pero todo queda escondido detrás del compromiso de Chivite con el progreso, la igualdad y el medio ambiente para Navarra, reconociendo, eso sí, la “pluralidad” de España y la “definición que demos cada uno al concepto nación”. Aquel “concepto discutido y discutible” de Zapatero. ¿Recuerdan?
Nieves Ciprés, periodista y analista de actualidad política
