Uno de los principios básicos de la economía y que se estudia en cualquier manual al respecto, establece que cuando la economía se encuentra en horas bajas lo que no debe hacerse es aumentar la carga impositiva de los ciudadanos.
No parecen entenderlo así los partidos, cinco, que gobiernan esta tierra navarra. Se empeñan en tener una de las cargas impositivas más altas del país y se empeñan en llenar de impuestos a sus «clases productivas» (clase media y baja). Mientras suben y suben la carga de euros para pagar los sueldos de puestos políticos que el nuevo Gobierno de Chivite ha aumentado desmesuradamente y que van más allá de triplicar el salario mínimo profesional; mientras los desempleados cada vez son más en todos los sectores.
Desde el año 2015, con la llegada al gobierno de Geroa Bai, junto con Podemos, IU y Bildu, Navarra se ha convertido en una de las comunidades con los impuestos más elevados. Ahora se les ha unido el PSN-PSOE, el llamado partido de los trabajadores, que también se empeña en subir impuestos.
Visto lo visto. Uno se pregunta, subir impuestos, ¿Para qué? ¿Para mantener la carga recaudatoria y poder gastar en políticas de imposición lingüística?, ¿Para pagar el gobierno en paralelo que se ha creado con tanto asesor o tanto alto cargo? Porque lo que no parece que sea es para crear políticas activas de empleo, para terminar el Canal de Navarra o el Tren de Alta Velocidad, por ejemplo.
Puro desastre. Y eso que se llaman de izquierdas.