Como bien declaraba ayer el señor Lesmes, presidente del Tribunal Constitucional de este país, la Corona y las Instituciones españolas son la garantía del buen hacer.
Casi al mismo tiempo, el Parlamento de Cataluña, a través de mociones, aprobaba la autodeterminación de Cataluña y su republicanísmo.
Dos hechos, uno el del señor Lesmes y otro el del Parlamento catalán, que se lo ponen muy difícil al señor Sánchez para conseguir ser presidente de los españoles. A pesar del silencio y «dejar hacer» de éste y de su Gobierno.
Veámoslo:
Sánchez debe valorar a la Monarquía, cosa que hasta ahora no lo hace.
Sánchez no puede negociar con quien aprueba la autodeterminación de Cataluña, pero pide «diálogo».
Ahora mismo Sánchez se debate en qué hacer y, mientras tanto, algunos ya hablando del posible mes de marzo para volver a votar una tercera vez.
Ver para creer. Sánchez si provoca unas terceras elecciones, no debería presentarse. Urge ya una solución y ella, obviamente, no pasa por depender del nacionalismo, hoy el catalán, ayer y hoy el vasco, mañana quién sabe.
Así nos va.