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No, Sánchez no es Robin Hood

No hace falta ser estratega político para ver cómo el PSOE juega con la oposición estos días. Es puro judo. Usa el mensaje del rival para derribarlo. Lo hizo en las legislativas y lo está volviendo a hacer en las autonómicas y locales.

Hace un mes era “la derecha trifálica”. Vio la jugada de Casado (“una derecha para unirlos a todos”) y la dobló, haciendo ver que toda la oposición, desde Cs a Vox, era lo mismo. Y luego usó la “alerta facha” para movilizar al voto moderado, incluyendo un millón de abstencionistas. Ya hemos visto el resultado.

Esta vez está intentando usar la subida de impuestos. Ha puesto un trapo rojo delante de los ojos de la oposición, y estamos entrando en tromba. Y mientras nos esforzamos en explicar que es mala para todos, el PSOE explica a la gente, a los votantes, que nos estamos oponiendo a subir los impuestos a los ricos. Es tan falso como el trifachito, pero funciona. E impulsa el relato del PSOE como campeón de los pobres.

Uno de los análisis más interesantes del voto de estas elecciones clasificaba los barrios de Madrid por renta media y voto a cada partido. Y se veía algo muy preocupante: para PP, Vox, PSOE y Podemos, hay correlación. Es decir, cuanto más rico es un barrio, más vota a PP y Vox. Y cuanto más pobre, más vota a PSOE y (sobre todo) Podemos. El caso de Ciudadanos es distinto, afortunadamente, ya que le votan todas las rentas más o menos igual… pero tampoco se le votaba en los barrios más pobres.

Esto es preocupante porque nos dice que hay una parte importante de la población, la que menos gana, que no cree que la mitad de los partidos se preocupen por ellos. No se siente identificada con “la clase media trabajadora”.

Este grupo de gente vota a partidos que identifica con su causa. Y lo malo es que cree que esos son Podemos y PSOE, entre otras cosas porque les dicen que van a quitarle dinero a los ricos explotadores para dárselo a los pobres explotados.

Y eso es malo porque no es verdad. Aunque esos partidos se dediquen a vender la moto a esos colectivos, el hecho es que no son los que les benefician. Un análisis sencillo nos muestra ejemplos de sobra. El kuatripartito navarro, con su bandera de la “emergencia social”, no ha disminuido el nivel de pobreza y riesgo de exclusión social en Navarra en cuatro años pese a disponer de más de 1000 millones más que el gobierno anterior (y ha aumentado el abandono escolar, causa directa de pobreza). Porque estos partidos dedican mucho dinero a la burocracia que debe resolver el problema y muy poco a resolverlo de verdad. Véase el caso de los miles de millones de euros que la administración andaluza dejó sin gastar en lucha contra la violencia de género: el dinero no se usó en la gente, pero la burocracia sí que se creó. Y eso es la izquierda: todo para la administración, pero por el pueblo.

Lo que sí tienen resuelto es el control de muchas de las organizaciones de la sociedad civil que viven de “ocuparse” del problema. Ese tejido asociativo cuya eficacia no se mide y cuya financiación es de hecho pública. Ese tejido donde Errejón nos recordaba hace poco que se integran activistas de izquierda a miles.

Pero yendo a lo concreto. Por un lado, sería sano dejar de hacer el juego a Sánchez. Ataquemos cosas que no pueda presentar al electorado como una falsa “defensa de los ricos”. No faltan opciones.

Por otro, creo que conviene incidir más en las propuestas sociales, porque están ahí. En la renta complementaria para acabar con la pobreza, y en el contrato único para acabar con la precariedad. En las medidas para abaratar el alquiler combatiendo la inseguridad jurídica. En la reforma de la educación y la sanidad públicas y gratuitas, para lograr la igualdad de oportunidades. En el acceso a la administración pública sin privilegios de idioma. En la lucha contra la discriminación.

Es verdad que las propuestas de Vox son regresivas. Es verdad que el PP lo fía todo al crecimiento y a los de siempre. Pero Ciudadanos no es derecha, sino centro. Tiene una agenda realmente progresista también en derechos sociales y sería sanísimo que los que más necesitan que las cosas cambien, sepan quién de verdad trabaja para que suceda, y no sólo para gastar el dinero en más funcionarios y asociaciones afines.

Aprovechemos que el PP nos llama “socialdemócratas” para hacer visible el lado progresista de nuestro programa. Juguemos al favor del viento que crean nuestros rivales. Sánchez no es el único que puede hacerlo.

El Cataluña, donde ya nos conocen, gran parte del voto de Ciudadanos viene del “cinturón rojo”, personas trabajadoras a las que durante años los socialistas consideraron votantes cautivos. Ya saben quién se preocupa de verdad por ellos. Demostrémoslo aquí también.

Miguel Cornejo (@miguelcornejoSE) es economista, miembro de la junta directiva de Ciudadanos Pamplona, y candidato a concejal por Beriáin.

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