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Tomás Yerro acoge como «privilegio y fiesta» un premio que debe a su padre

La Presidenta de Navarra, Uxue Barkos, ha entregado hoy en Viana el premio Príncipe de Viana de la Cultura 2019 a Tomás Yerro por su trabajo como docente, investigador y divulgador de la literatura y su compromiso con la cultura

El escritor y profesor Tomás Yerro Villanueva ha recibido como «un privilegio, un placer y una verdadera fiesta» el Premio Príncipe de Viana de la Cultura 2019, en un acto en el que ha considerado que «el máximo acreedor» de los valores de este galardón fue en realidad su padre.

Así lo ha señalado tras recibir el premio de manos de la presidenta del Gobierno de Navarra, Uxue Barkos, por decisión del Consejo Navarro de Cultura y a propuesta de la Asociación Navarra de Escritores y Escritoras de Navarra, una candidatura que se impuso a otras cinco en la XXX edición del galardón entregado este sábado.

Yerro (Lerín, 1950), licenciado en Filología Románica por la Universidad de Navarra, ha sido profesor, columnista en prensa, conferenciante, director general de Cultura del Gobierno de Navarra y, especialmente, poeta, estudioso, investigador y divulgador de la literatura en lengua castellana, en particular de la navarra.

De todo ello ha hablado el premiado en su discurso, en el que su padre, Francisco Yerro Ona, se ha revelado como el verdadero protagonista de lo que hoy es Tomás Yerro, junto a las vivencias familiares y a la experiencia de haber nacido y vivido su infancia en su «paraíso pasado y actual», Lerín.

«En el fondo no soy más que un chico de pueblo un poco ilustrado», ha dicho con modestia el premiado, quien ha dado a su discurso el formato de una emotivo carta dirigida a su padre, fallecido hace tres décadas, excusa para hacer un repaso de una rica trayectoria pero que ha centrado especialmente en su niñez.

La personalidad de su padre, «mi mejor maestro pese a que nunca te vi leer un libro», ha sido la base en la que Yerro ha asentado cualquier otro valor cultural, al entender que «el esfuerzo constante, la sencillez, la elegancia interior, la humildad, la honradez, el compromiso social o la generosidad sin límites» de su progenitor marcaron su vida.

«Estoy convencido de que mi biografía se ha limitado a interpretar, con torpeza, tu rica partitura vital» en todos los lugares en los que ha recalado en su vida laboral y personal, ha señalado a su padre.

Por ello, ha recordado como referente la advertencia que su padre le hizo cuando un día el joven Tomás obtuvo unas buenas notas académicas y le advirtió que «eso está muy bien, pero no olvides nunca de dónde has salido», una recomendación que hoy, emocionado, ha asegurado con satisfacción que siempre ha tenido presente.

También por ello ha señalado que su «verdadera Universidad de Harvard» han sido las casas, plazas, calles, río y campos de la villa de Lerín, a cuyos habitantes también ha recordado con ejemplos concretos y por su «deje particular», con palabras propias y con una oferta de cine, teatro y otras actividades culturales modestas que contribuyeron a enriquecer y satisfacer su curiosidad.

Ya de su vida adulta Yerro ha tenido especiales palabras para quienes, como él, han ejercido su labor desde la administración pública, aunque se ha preguntado si era «relevante haber hecho siempre con gusto y naturalidad aquello en lo que uno ha creído desde niño».

Por ello, ha valorado «las biografías de tantas personas anónimas de Navarra que en las Administraciones públicas y en la sociedad civil dedican sus mejores afanes a construir un mundo más habitable, más sano, culto, cohesionado, justo y solidario», ya sean maestros, escritores, técnicos de cultura, bibliotecarios, sanitarios, científicos, voluntarios sociales, sindicalistas, políticos o «gentes de bien en cualquier ámbito laboral».

También ha expuesto brevemente su concepción de la cultura «como un modo de vivir humanizado, asentado en valores de respeto, convivencia, solidaridad y justicia», y no como una «simple y estéril acumulación de conocimientos o mero espectáculo».

Y ha aprovechado la presencia de políticos y personas con responsabilidad en la gestión para «llamar la atención sobre la necesidad de practicar la educación con un sentido intergeneracional sin cortes bruscos ni saltos en el vacío, mirando siempre con esperanza al futuro pero asentada en los mejores valores de la tradición».

También ha expuesto la «necesidad de mimar la educación y la cultura como aperos decisivos para cultivar las mejores potencialidades personales y lograr cohesión y progreso sociales sin división ni enfrentamiento».

Y además Yerro ha querido «dar la tabarra sobre la urgencia de revalorizar las humanidades y sus principios esenciales de verdad, bondad y belleza cuya liquidación puede ser una de las causas principales de que el mundo se esté convirtiendo poco a poco en una selva intransitable».

Tomás Yerro Villanueva (Lerín, 1950) es licenciado en Filología Románica por la Universidad de Navarra, ha sido catedrático de Bachillerato de Lengua y Literatura Españolas y profesor de la Universidad de Navarra, de la Universidad Pública de Navarra, de la Universidad Nacional de Educación a Distancia y de la Universidad para Mayores Francisco Induráin.

Columnista habitual en la prensa navarra, ha publicado en diversas revistas científicas como ‘Cuadernos de Pedagogía’, ‘Revista de Filología y su Didáctica’ o ‘Cuadernos de Etnología y Etnografía de Navarra’. Dirigió la revista de poesía ‘Río Arga’, en la cual ha publicado con frecuencia, y fue el fundador y primer director de ‘Ítaca’, revista de educación editada por el Ministerio de Educación y Cultura, así como miembro del comité editorial de ‘Cuadernos Gerontológicos’, editados por la Sociedad Navarra de Geriatría y Gerontología. Tomás Yerro participó también en la creación del Ateneo Navarro/Nafar Ateneoa y es miembro del patronato de la Fundación Amado Alonso. Fue director del Servicio de Acción Cultural del Gobierno de Navarra entre 1991 y 1995 y director general de Cultura entre 1995 y 1999.

Entre otras obras, es autor de ‘Aspectos técnicos y estructurales de la novela española actual’ (1977), ‘Río Arga’, revista poética navarra: estudio y antología (con Charo Fuentes, 1988); ‘Escritores Navarros Actuales’: antología (coord. 1990); ‘Narrativa Española Actual 1993-1997’ (1998); ‘Por la senda del Quijote’ (coord. 2005) y ‘Amado Alonso: el español de las dos orillas’ (coord. 2014). Ha participado en multitud de obras colectivas, y ha escrito el prólogo o estudio introductorio de numerosas publicaciones de otros autores. NAVARRA INFORMACIÓN/EFE

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