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Lengua, matemáticas, geometría y química políticas

Valle Inclán se me presentó siempre como un señor leñoso, tal los troncos de los bosques navarros que imaginó desde lejos para sus novelas. Quizá porque madera fue la que le hizo perder el brazo, y de ese material estaba hecho el bastón que lo sustentaba. Quizá por las vetas de su piel, en las vetustas fotografías, anciana entre unas barbas forestales. Don Ramón María, sobre sus ramas dramaturgas de creador esperpéntico, gozaría estos días en que los argumentos se retuercen como sarmientos.

Y es que ha ocurrido un terremoto en Andalucía.

Por las declaraciones de algunos, se diría que, ante ello, querrían obrar como en el chiste; ya saben:

«Movimiento sísmico desarticulado. Epicentro y veinte cómplices más detenidos».

Conocemos que tras unas elecciones (eso a lo que tanta alergia tiene Pedro Sánchez) casi todos se adjudican la victoria. Pero ahora se han batido los registros del disparate; veamos:

El PSOE, siempre defensor de los multipactos para desalojar a la lista más votada, ahora dice que debe gobernar esta. Y Susana da un paso más:

«Si no se computan los votos de VOX ha ganado la izquierda» twittea toda sería. Claro que debajo le contesta un chungón:

«Si no se cuenta la hamburguesa, las patatas ni el pastel, hoy he comido vegetariano».

El PP, que llevaba tiempo postulando el gobierno para las listas con más papeletas, ahora recula y es partidario del pacto con Ciudadanos, exigiendo a VOX, decisivo para la suma, que se abstenga.

Ciudadanos riza el rizo: además de presentar un candidato que ha pertenecido a cada uno de los partidos negociantes, se postula a todos; le da igual con quién, el asunto es el butacón.  Y en un alarde tan original como falto de conocimientos aritméticos, pide gobernar por ser el partido que más sube. Les convendría volver al cole; no es necesario ser matemático para determinar quién cuenta con el mayor aumento, y son los del diccionario.

Más comedidos han estado estos últimos, ofreciéndose a desalojar el cortijo y sus entramados sin ansiar cargos en una junta azul-naranja; a ver si los verdes van a resultar allí los más maduros.

Y hasta aquí lo chistoso. Porque otros no se han sabido comportar:

Leyendo en España a uno se le hunde la geometría. Es absolutamente imposible que una línea tenga extrema derecha y no extrema izquierda. Igual que círculo cerrado es una redundancia, por más que los más cerrados círculos sean los de Podemos. Tanto, que se entra o se sale en función del cariño profesado al señor del casoplón. Vale que hayan bajado en todo; vale que no les gusta lo que ha votado la gente, pero arengar desde una mansión a las masas a echarse a la calle contra un resultado electoral adverso, no es de recibo. Tres personas apalizadas, destrozos en mobiliario urbano, o insultos (un cómico de la órbita les llamó cerdos a los andaluces desde su programa) siguieron a su proclama. Y pese a la violencia desatada entre banderas comunistas, gritos de «arderéis como en el 36», «a por ellos como en Paracuellos» etc., se oculta su ideología bajo el eufemismo «antifascista». No obstante, muchos los asocian al color de los hematomas.

Claro que Sánchez, quien se hincha de proclamar la bondad de cambios en la última constitución cuando necesita a los separatistas, llama inconstitucionales a quienes quieren modificarla en otro sentido. Y de mientras, la «transitoria» acumula décadas sin transitar.

Hablando de radicales, podemitas, bildutarras y peneuvistas del ayuntamiento quitan el nombre de avenida del Ejército a la construida en terrenos cedidos por esa institución marcial a Pamplona, que circula entre casas militares, Comandancia o Delegación de Defensa y Ciudadela, hasta las piscinas castrenses.

Mientras, arden Cataluña y Andalucía en tanto Sánchez con su señora va quemando queroseno de aquí para allá con el reactor:

—Aprovecha churri, no sea que esto dure poco. Aunque quedamos bien colocados este nivel de viajes cuesta mucha pasta.

Foto arriba, plagiando a Kennedy; cesión abajo, imitando a ZP; son radicales libres haciendo reverencia a una triple M que ya es pasado: Macron, Merkel, May.

Don Ramón, esto sí que es un esperpento.

Jesús Javier Corpas Mauleón, historiador y escritor

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