El test nuclear norcoreano con una bomba H que puede ser instalada en un misil intercontinental suscitó hoy la condena mundial, así como la petición de China -principal aliado de Pyongyang- de que retome el diálogo y la de Rusia a los países más amenazados -Corea del Sur, EEUU y Japón- a que mantengan la sangre fría.
Apenas unos minutos después de que las autoridades de Pyongyang confirmaran la realización de su sexta prueba nuclear, el responsable de la Seguridad Nacional de Corea del Sur, Chung Eui-yong, y su homólogo estadounidense, el teniente general H.R. McMaster, trataron durante más de veinte minutos por teléfono la respuesta al ensayo.