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Usachev: la pregunta no es si hay vida extraterrestre, sino ¿estamos preparados?

Yuri Usachev, cosmonauta y Héroe de la Federación rusa, se muestra absolutamente convencido de que hay vida extraterrestre pero, si la encontramos, ¿estaremos preparados?. ¿Sabremos gestionarlo?. Para Usachev esa es la cuestión.

A sus espaldas lleva cuatro viajes espaciales: dos misiones de larga duración en la estación espacial rusa MIR, y otras dos en la Estación Espacial Internacional (ISS), y siete paseos espaciales. En total 553 días viviendo en el cosmos.

“Con frecuencia me preguntan si he visto extraterrestres…Yo estoy absolutamente seguro de que hay vida ahí fuera. Estoy convencido de que no estamos solos y de que debemos estar preparados para encontrarnos con otras formas de vida que no sabemos cómo son”, explica en una entrevista con Efe.

Pero para Usachev, la pregunta no es si hay o no vida fuera de nuestro mundo sino si estamos preparados para ello.

“Creo que aún no. Lamentablemente todavía no comprendemos muchos aspectos de nuestra propia vida. No entendemos lo que es vida, y eso es lo primero que deberíamos hacer. Por ahí deberíamos empezar”.

“Solo entonces estaremos preparados para encontrarnos con otras formas de vida y averiguar qué esperamos de ese contacto, qué haríamos con ellos, qué les preguntaríamos…”.

 Image Credit: NASA

Image Credit: NASA

Exploración espacial, alto secreto

Usachev, retirado de la escuadra de cosmonautas desde 2005, es Especialista Principal del Departamento de vuelos experimentales de la Corporación de naves espaciales ‘Energía‘, actividad que compagina con viajes y charlas de divulgación en las que difunde su amor por el cosmos y sus vivencias en el espacio.

“Desde niño quería ser aviador. El ambiente en la antigua Unión Soviética te hacía querer ser como los aviadores, hacer algo grande. Por eso acudí al Instituto de Aviación de Moscú, donde me gradué -fue el primero de su promoción- y después hice las prácticas en la Corporación ‘Energía’, dedicada a la exploración del cosmos”.

Pero como en esa época el programa espacial de la URSS era alto secreto, “hasta que no ingresé en la empresa no sabía que podría ser cosmonauta”.

En 1983, tres años después de entrar en la compañía, cursó la petición para acceder a la escuadra de cosmonautas. “Cumplía los requisitos: ser licenciado, estar sano, tener menos de 35 años y tener tres años de experiencia en el sector aeronáutico”.

Diez años más tarde, Usachev era el ingeniero de a bordo de la 15 expedición a la MIR, su primer viaje de larga duración, de 182 días. Y en mayo de 2000, se convertía en el primer comandante ruso en pisar la Estación Espacial Internacional (ISS).

Un día en el cosmos

“Los días allí se parecen a una jornada de trabajo en la Tierra. De hecho, se siguen los horarios terrestres. A las 6 de la mañana salimos del saco de dormir, que está anclado en la pared porque en una estación espacial se duerme en posición vertical”.

“No es difícil porque como no hay gravedad, si cierras los ojos no sabes dónde está arriba o abajo, simplemente estás perpendicular al eje de horizontal de la estación”, explica.

Después, se revisan todos los sistemas y tras las rutinas higiénicas, el afeitado, y el desayuno “que, aunque cueste creerlo consiste en un amplio surtido de alimentos que sólo hay que rehidratar”.

CRÉDITO: NASA. Imagen de la Tierra vista desde el Apolo XVII, Biblioteca de imágenes de la misión: http://history.nasa.gov/alsj/a17/images17.html)

CRÉDITO: NASA. Imagen de la Tierra vista desde

el Apolo XVII

Después, se conecta con el centro de gestión de vuelos y se revista el programa del día: “puede ser una reparación, la preparación para un paseo espacial, experimentos científicos, etc”.

Al acabar el trabajo, los cosmonautas están obligados a hacer 90 minutos de ejercicios físicos en una bicicleta estática y en una cinta en la que corren 5 kilómetros diarios. “La verdad es que nunca he corrido tanto como en el cosmos”, ironiza.

El resto de la jornada se completa con el almuerzo, más trabajo, cena y “lo más importante: una reunión en la que se prepara la jornada del día siguiente. A las 23h, volvemos al saco”.

Lo mejor, lo peor, el futuro…

Usachev ha pasado 553 días como este, en los que lo más duro ha sido la ingravidez, porque “es un estado antinatural para el hombre. En la Tierra la sangre está en la barriga y las piernas pero en el espacio está distribuida por igual, lo que da la sensación de que la cabeza está muy llena. No es agradable, desde luego”.

“Lo mejor, el aspecto de la Tierra desde el cosmos”, de eso “no hay duda”.

Y aunque hay “razones para el optimismo”, Usachev reconoce que la principal traba para el futuro del sector sigue siendo “la política y las relaciones entre los socios”.

“Lamentablemente, aunque la carrera espacial es internacional, cada socio sigue teniendo su propio programa, y aunque algunas cosas las hagamos juntos, seguimos divididos política, económica, técnica y científicamente, también ahí arriba”. EFE

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