El hasta hace poco proscrito Iran, que fue enemigo público número uno de EEUU, genera desde hace pocas semanas diferentes noticias, desde su vuelta a los mercados internacionales con su petróleo, más barato que el resto, hasta su vuelta a ser un destino turístico de primer orden. Pero he aquí que con el primero de los temas, el petrolífero, habría que tener en consideración la siguiente cuestión: que su aparición en el mercado pudiera desestabilizarlo, al introducir un número de barriles diarios que provocara que el resto de miembros de la OPEP (países exportadores de petróleo) al ver que el precio del barril disminuye drásticamente, pudieran pensar hacer aquello que en 1973 hicieron, cuadruplicar su precio, aunque entonces fueran sus razones otras.
Pudiera parecer este un tema banal o trivial para Europa, inmersa en muchas pequeñas «guerras», la de los refugiados, el llamado «brexit»,la crisis económica, elecciones diversas, etc. No debería descuidarse, los problemas generados entonces, no deberían volver. El futuro esta en juego. Europa no puede bajar la guardia ante estos temas por preocuparse de otros que parecen hoy, más acuciantes.