El joven Marco Rubio llegó al Senado aupado por el movimiento ultraconservador «Tea Party» y, en menos de seis años, se ha convertido en la única esperanza «moderada» del «establishment» (grupo dominante) republicano para evitar que el magnate Donald Trump sea el candidato del partido a la Presidencia de EEUU.
Rubio, con 44 años e hijo de inmigrantes cubanos, está en contra del matrimonio homosexual, quiere prohibir los fondos federales para el aborto, defiende que «la ley de Dios» está por encima de la de los hombres, promete revocar todas las medidas de alivio migratorio y propone volver a una política exterior dura e intervencionista.
Tras la retirada este mes del hijo y hermano de expresidentes, Jeb Bush, Rubio está heredando a sus donantes al tiempo que aglutina apoyos de gobernadores y legisladores que ven en él la única esperanza de evitar que Trump sea el nominado.