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El PP está obligado a sacrificar pieza

El PP está obligado a sacrificar pieza

En ajedrez, el que tiene la iniciativa posee una considerable ventaja, puesto que puede obligar a su oponente a mantenerse a la defensiva y a realizar movimientos forzados. Tan importante es mantener la iniciativa, que se considera que solo debe cederse a cambio de una considerable ventaja material o posicional.

De hecho, los jugadores están dispuestos en ocasiones a sacrificar una pieza a cambio de quitar la iniciativa a su oponente, con la idea de que la iniciativa les permitirá recuperar más adelante esa desventaja temporal.

Esta semana hemos visto cómo el PSOE se hacía, gratuitamente, con la iniciativa política en esa complicada partida de ajedrez en que se ha convertido la elección del nuevo gobierno, gracias a la torpeza de un Rajoy que lo fió todo a que el Comité Federal del PSOE atara a Pedro Sánchez en corto.

Pero Pedro Sánchez supo zafarse de la presión de sus barones, sacándose de la manga la consulta a la militancia, y de repente se convirtió en el protagonista de la actualidad política, tras recibir del Rey el encargo de formar gobierno.

El desánimo en el PP es patente: tanto Rajoy como su partido han quedado, de la noche a la mañana, desdibujados. Y por primera vez el Partido Popular comprende cuál es el verdadero alcance de la debacle del pasado 20 de diciembre.

El PP está ahora a la defensiva, sometido a la presión de quienes le exigen que se abstenga en la sesión de investidura, para facilitar un gobierno PSOE-Ciudadanos que evite que los socialistas se echen en manos de Podemos y de los separatistas. Rajoy ha comprendido, por fin, que no puede ganar esta partida y va a intentar conseguir las tablas: sabe que no puede ser presidente (ni dejar de presidenta a Soraya Sáenz) con esta composición del parlamento, así que de perdidos, al río: intentará jugarse el todo por el todo en una nueva cita con las urnas.

Pero esa cita electoral es enormemente arriesgada, como ponen de manifiesto los sondeos demoscópicos, porque el único beneficiario claro sería Podemos. De modo que ir a nuevas elecciones sería bueno para Rajoy y su equipo, pero podría ser malo para el partido y desastroso para España.

¿Pero acaso puede el PP hacer alguna otra cosa?

Pues en realidad sí. Si se prescinde de los intereses personales de Rajoy, la posición del PP no es mala en absoluto. Pedro Sánchez necesita su abstención, de modo que el Partido Popular puede jugar todo lo fuerte que desee.

Pedro Sánchez no puede ir a elecciones, porque significaría su muerte política. Y eso hace que el PP tenga al menos tres jugadas distintas para recuperar la iniciativa:

1) El PP puede ofrecer su apoyo a un gobierno presidido, no por Sánchez, sino por Albert Rivera: «El PSOE nos pide que tengamos la generosidad de abstenernos. De acuerdo. Estamos dispuestos a ser generosos. Pero le pedimos al PSOE que muestre una generosidad igual. Estamos dispuestos a renunciar a encabezar el gobierno, a pesar de ser el partido más votado; pero le pedimos al PSOE que renuncie también. Por nuestra parte, nos ofrecemos a votar a favor de un gobierno encabezado por Ciudadanos.»

2) Si esa jugada no le gusta al PP, puede ofrecer abstenerse en la sesión de investidura de un gobierno PSOE-Ciudadanos, pero exigiendo a cambio que el PSOE rompa sus acuerdos de gobierno con Podemos en comunidades y ayuntamientos. «¿Decís que pedís nuestro apoyo para no gobernar con los radicales? Pues de acuerdo: demostrad que tampoco estáis dispuestos a gobernar con radicales en comunidades y ayuntamientos, y nosotros permitiremos que tome posesión el gobierno PSOE-Ciudadanos.»

3) Si esa jugada tampoco le gusta al PP, aún tiene otra de perfil más bajo, pero no menos efectiva: ofrecer su abstención a cambio de pactar un programa de gobierno con una serie de líneas rojas bien claras, a definir por el propio PP. «De acuerdo, estamos dispuestos a abstenernos en la investidura de Sánchez, pero a cambio de que PSOE y Ciudadanos nos presenten un programa de gobierno aceptable para nuestros electores, que debe incluir al menos…».

Cualquiera de esas tres jugadas volvería a poner la pelota en el tejado del PSOE, porque sería el PSOE quien tendría que retratarse, aceptando o rechazando las condiciones impuestas por el PP. Además, en el caso de la segunda alternativa (la exigencia de que el PSOE rompa sus acuerdos municipales y autonómicos con Podemos), el PP le serviría a Pedro Sánchez en bandeja la oportunidad de trasladar la tensión a sus barones, puesto que son ellos los que mantienen los acuerdos con Podemos a nivel autonómico: no habría forma mejor que esa de hacer visibles las contradicciones de quienes exigen a Sánchez no pactar con Podemos, mientras ellos comparten con Podemos sus gobiernos regionales.

Cualquiera de las tres jugadas anteriores permitiría al PP recuperar la iniciativa perdida. Pero claro, las tres exigen sacrificar pieza: el PP tendría que dejar caer a Rajoy y a su equipo y pasar a la oposición, lo que le daría la oportunidad de regenerarse y volver a conectar con el electorado perdido.

Si el PP no sacrifica la pieza de Rajoy, entonces no queda más alternativa que mantener la oposición al pacto PSOE-Ciudadanos y confiar en que Susana Díaz aborte el posible pacto PSOE- Podemos. En cuyo caso pueden pasar dos cosas: que el PSOE termine pactando con Podemos (y el PP quedaría igualmente en la oposición, pero sin nada a cambio), o que tengamos que ir a elecciones.

Pero si vamos a elecciones, esas mismas elecciones serían la demostración de que el PSOE, pudiendo haber formado un «frente popular», habría preferido renunciar a ello. De modo que el PP no podría esgrimir en campaña el argumento del miedo a un frente popular que el PSOE ya habría demostrado que no quiere. ¿Con qué otro argumento podría afrontar el PP la campaña, entonces?

En suma, que el PP tiene dos opciones: jugar inteligentemente, sacrificando pieza para recuperar la iniciativa, o afrontar unas nuevas elecciones sin argumentos y sin la seguridad de que el resultado no vaya a ser aún peor para los populares.

¿Ustedes qué harían si fueran el PP?

Luis del Pino, Director de Sin Complejos en esRadio, autor de Los enigmas del 11-M y 11-M Golpe de régimen, entre otros. Analista de Libertad Digital

Tudela 96.0, por TDT, “aplicación android esRadio”  y www.navarrainformacion.es

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