Beber tres o cuatro tazas al día puede reducir el riesgo de diabetes tipo 2. Un estudio de la Escuela de Harvard de Salud Pública ha visto que las personas que aumentaron la cantidad de café que bebían todos los días en más de una taza durante un período de cuatro años tenían un riesgo un 11% más bajo de padecer diabetes tipo 2 que aquellos que no realizaron cambios en su consumo de café. Además, el estudio muestra que aquellos que disminuyeron su consumo de café en más de una taza al día incrementaron su riesgo de diabetes tipo 2 en un 17%.
Ahora, unos científicos han identificado dos compuestos que contribuyen a este beneficio para la salud. Este hallazgo podría algún día ayudarles a desarrollar nuevos medicamentos para prevenir y tratar mejor la enfermedad.
Los pacientes con diabetes tipo 2 se convierten en resistentes a la insulina, una hormona que ayuda a convertir la glucosa de los alimentos en energía. Para superar esta resistencia, el páncreas produce más insulina, pero al final, deja de poder fabricar la suficiente. Los niveles altos de glucosa en sangre pueden causar problemas de salud, como ceguera y daños en los nervios.
A varios factores de riesgo genéticos y de estilo de vida se les ha relacionado con el desarrollo de la diabetes tipo 2, pero se ha demostrado que beber café ayuda a retrasar su aparición. Se creía que la cafeína era la responsable, pero los estudios han mostrado que esta tiene solo un efecto a corto plazo sobre la glucosa y la insulina, y que el café descafeinado posee el mismo efecto que la versión normal de la bebida.
Para investigar qué componentes bioactivos del café son los responsables de la prevención de la diabetes, el equipo de Søren Gregersen, de la Universidad de Aarhus en Dinamarca, probó los efectos de diferentes sustancias del café en líneas celulares de rata.