

La región lleva diez meses inmersa en un conflicto que ha dejado más de 5.300 muertos y ha conducido a una confrontación entre Moscú y los occidentales, inédita desde la Guerra Fría
Varios obuses cayeron sobre Kramatorsk, causando la muerte de civiles y soldados.
El presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, ha denunciado que las milicias prorrusas atacaron con misiles Tornado la sede del Estado Mayor de las fuerzas gubernamentales desplegadas en el este de Ucrania.
«Hace 25 minutos fue atacado nuestro Estado Mayor en Kramatorsk (región de Donetsk)con lanzaderas de misiles Tornado», aseguró Poroshenko durante una intervención ante la Rada Suprema o Parlamento.
Poroshenko añadió que una segunda andanada cayó en una zona residencial de la ciudad, donde murió una persona y varias resultaron heridas, según el Ministerio del Interior, aunque otras fuentes locales hablan de seis muertos y 21 heridos, entre soldados y civiles.
Uno de los proyectiles cayó sobre el aeródromo militar, donde se ha declarado un incendio, y la onda expansiva afectó a los edificios y comercios circundantes.
Además, otro obús cayó en pleno bulevar de Kramatorsk, antaño bastión prorruso tomado a mediados de 2014 por las fuerzas leales a Kiev.
Obuses sobre Kramatorsk
Testigos oculares confirmaron a medios locales y rusos el impacto de varios obuses sobre la ciudad, «en principio, una zona segura», según Poroshenko, adonde han sido movilizados soldados que no toman parte en los combates contra las milicias insurgentes.
La acusación del presidente ucraniano fue rechazada rotundamente por los rebeldes, que habrían disparado supuestamente desde Gorlovka.
La autoproclamara república popular de Donetsk «no atacó Kramatorsk. Nosotros no disparamos contra las ciudades donde se encuentra la población civil, a diferencia de Ucrania. Esto es una provocación», informó un portavoz insurgente.
La fuente insistió en que las características técnicas de las lanzaderas de misiles en poder de las milicias rebeldes impiden alcanzar Kramatorsk desde sus actuales posiciones.
La región lleva diez meses inmersa en un conflicto que ha dejado más de 5.300 muertos y ha conducido a una confrontación entre Moscú y los occidentales, inédita desde la Guerra Fría.