El pasado 6 de noviembre, fue dada de alta la auxiliar de clínica infectada de ébola por «contagio», Teresa Romero. Desde aquí manifestamos nuestra alegría por su recuperación. Ningún facultativo o sanitario, del mismo equipo, fue contagiado.
El alta fue acompañada de la noticia de que Teresa, dejaba en manos de sus abogados el hecho en cuestión. Desde este mismo espacio-editorial se observaron luces y sombras en el “alta» de Teresa Romero.
Hoy ya anuncia que sus abogados («Garzón abogados») van a pedir, nada más y nada menos, que 150.000 euros por atentar al honor de la auxiliar de clínica infectada de ébola por «contagio». Las luces de las sombras que se atisbaban con intereses económico-políticos ya iluminan el camino a seguir.
Desde el principio, fue constatada la negligencia de esta auxiliar en el tratamiento al enfermo muerto de ébola y la negligencia de la sanitaria, ya con síntomas, al no alertar de ello a su médico y seguir haciendo vida normal relacionándose con la gente como si nada ocurriera. Es triste que un hecho de estas características sea tapado por el interés económico, ahora sí real.
La sociedad y la prensa ha estado con ella independientemente de negligencias o no. Algo que perfectamente puede volverse contra ella.
Sea como fuere, el dinero que le consigan sus abogados bien podría ser distribuido entre las personas con las que «convivió» Teresa mientras padecía los síntomas de la enfermedad.