

Si se aplica la elección directa a los resultados de las europeas (en las que el PP obtuvo el 26% de los votos y 16 de los 54 eurodiputados españoles) en cada municipio, el partido en el Gobierno controlaría 44 de las 54 capitales, por 38 que administra a día de hoy. Nunca ha tenido tantos alcaldes en las grandes ciudades.
La reforma electoral que plantea el PP, que conllevaría la elección directa del candidato a alcalde más votado aunque no obtuviese mayoría absoluta, otorgaría a los populares más regidores en las capitales (las de provincia, las ciudades autónomas, Mérida y Santiago) que los que tiene en la actualidad, fruto de su aplastante victoria en los comicios de mayo de 2011.
En las principales ciudades vascas todo seguiría igual, aunque en Vitoria el margen del PP sobre Bildu es escasísimo, y se acabarían los pactos PP-PSE para evitar que gobernase la izquierda abertzale en muchos municipios de menor tamaño.
En 2011, Bildu fue la opción que se impuso en más municipios vascos. Este es el argumento en el que se escuda la presidenta del partido, Arantza Quiroga, para defender que la reforma de Mariano Rajoy no es partidista. El PP vasco también respalda la reforma, pese a que en Euskadi podría beneficiar a Bildu. La presidenta del PP vasco, Arantza Quiroga, no sólo no quiere hacer excepciones con el caso vasco sino que lo pone como ejemplo de que la reforma de Rajoy no es partidista.
«Creo que la ley tiene que ser para todos, por eso digo que aquellos que están denunciando que es una medida partidista, que el PP lo que pretende es beneficiarse de esto, yo les digo desde el País Vasco que esto sería exactamente igual y que podría beneficiar a Bildu», ha asegurado Quiroga este miércoles en Bilbao.
El PP mantendría así Madrid y Valencia a pesar de perder la mayoría absoluta en sus dos buques insignia. También controlaría todas las capitales gallegas y Vigo. Actualmente sólo gobiernan en dos, A Coruña y Santiago, las únicas en las que tienen más de la mitad de los concejales. La suma de votos de PSdeG, BNG, AGE y Podemos dejaría a los populares fuera de todas las grandes ciudades de Galicia, uno de los feudos tradicionales del partido de Fraga, Feijoó y Rajoy.
Andalucía, el principal granero del PSOE y fortín de la presidenta de la Junta, Susana Díaz, tendría cinco capitales del PP por sólo tres socialistas: Huelva, Málaga y Sevilla. Los populares andaluces perderían la mayoría absoluta que tienen ahora en las ocho ciudades, pero mantendrían Almería, Cádiz, Córdoba, Granada y Jaén por ser la lista más votada.
Cataluña protagonizaría un gran vuelco electoral. Esquerra Republicana sería el partido con más apoyo en las cuatro capitales (actualmente no gobierna en ninguna), lo cual les otorgaría las alcaldías automáticamente con la aplicación de la idea del PP.
