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El otro encierro

Estamos en días de jolgorio y diversión, sin embargo en las fiestas de San Fermín siempre hay un hueco para alguna polémica y protesta, esta vez es lo sosos que son los encierros este año. Me dispongo a informarme del tema y leo un artículo donde se explica el recorrido de El Encierro y mi pensamiento divergente me lleva a aplicar este a la vida política.

Es bien sabido por los pamploneses que previo al encierro, están los corrales del gas y el encierrillo.

Esta fase inicial es la que los políticos viven internamente en sus partidos cuando preparan las listas electorales previamente a las campañas. No son muchos los que participan y al igual que en el encierrillo los pases se dan a sorteo, pues cada año hay más gente que quiere verlo. Así llegamos al corral de Santo Domingo a pasar la noche que es como la noche de inicio de la campaña electoral. Muchos se acercan a ver los toros a lo largo de la noche, lo mismo que los medios nos informan de ese arranque por el escaño.

Cuando comienza el encierro el primer tramo es la Cuesta de Santo Domingo, tramo explosivo, donde se precisa buena forma física, lo que vendría a corresponder con la campaña electoral. Los toros, los políticos van juntos, muy veloces y no quieren descolgarse de la manada pues entonces se quedan perdidos antes de tiempo.

Se llega a la plaza del Ayuntamiento, la zona menos peligrosa y más llana, los toros reducen velocidad. Este correspondería con al el día de las elecciones, en donde se toman su respiro.

Entonces se llega la calle Mercaderes y su peligroso giro, la curva de 90º, los toros van cegados chocan contra la valla se caen y se descuelgan, lo que provoca huecos. Este tramo sería la noche electoral con el recuento de votos, en donde hay políticos que sufren un batacazo y se descuelgan quedándose ya rezagados.

Entramos en Estafeta, el tramo largo. Aquí los toros ya cansados van más despacio la manada se estira, hay huecos, y aparecen las situaciones de peligro. Hay muchos corredores y pocos toros. Y hay toros sueltos que pueden crear mucho peligro. Esto corresponde a la tensa espera de las negociaciones, en donde hay políticos rezagados que la pueden liar, buscando extrañas alianzas que los coloquen a la cabeza de la manada . Son muchos para pocas sillas y hay que estar atentos a no perder la posición o el hueco.

Se llega a Telefónica, el favorito de los “divinos”, el encierro se ralentiza y el recorrido es un embudo cuesta abajo, imposible salir. El peligro se multiplica, se pueden formar montones y es donde más heridos hay. Este corresponde con la fase final de las negociaciones donde hay muchos damnificados. Los lideres y sus asesores o equipos negociadores serían los divinos, dando recortes a uno y otro lado, templando y mandando en las negociaciones. Muchos detalles se pierden a primera vista por eso es importarte ver las secuencias cámara lenta, para apreciarlos. Aquí es donde los tertulianos expertos nos iluminan. Lo mismo en la política en donde los cronistas con experiencia nos avisan de por donde o como van las negociaciones.

Por fin en la plaza, los corredores se abren en abanico y los dobladores con su capote llevan los toros al corral. Esto sería la sesión de investidura los parlamentarios sentados en el hemiciclo y el presidente de la cámara dirigiendo la sesión, los portavoces en su turno de palabra abalando o rechazando al candidato al sillón de la presidencia.

Mas los últimos años hemos asistido en el encierro a momentos inéditos y nunca vividos, a morlacos que se han vuelto durante la carrera, e incluso alguno pese a las medidas para evitarlo, ha llegado al corral de Santo Domingo. En la analogía que hacemos con la vida política eso lo vivimos en la penúltima legislatura en donde a los seis meses se repitieron las elecciones. Y eso es con lo que nos amenazan o parecen derrotar el astifino Sanchéz a nivel nacional y su hermana de ganadería Chivite en el caso foral.

Por eso y ante semejante despropósito, de perdida de tiempo y dinero, de falta de respeto al pueblo, al que dicen querer servir, y de especulación y mangoneo de los procesos electorales, son muchas las voces anónimas que proponen un encierro como el que dio origen al cónclave de elección de los Papas, y es no dejarles salir a los políticos de las cámaras, alimentarlos a pan y agua como entonces se hizo en Roma, hasta que logren un acuerdo y elijan un presidente.

Me quedo sin espacio y tiempo habrá de hablar sobre el encierro de los toros, su evolución e innovación.

Jesús Bodegas Frías, Ldo. en Ciencias Biológicas, con experiencia en Calidad y Producción.

Artículo anterior El sillón tenía un precio

 

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