Asistencia y solidaridad para las víctimas del tifón Yagi en Vietnam y Myanmar en Asia
Ocho días después de que el tifón Yagi golpeara el norte de Vietnam, las autoridades están inmersas en un esfuerzo masivo de recuperación y asistencia. Las inundaciones y deslizamientos de tierra causados por el tifón Yagi han devastado el norte de Vietnam, cobrándose más de 200 vidas. Otros países del sudeste asiático también se han visto afectados, como Myanmar, Tailandia, Filipinas, Laos y el sur de China.
En el norte de Vietnam, las fuertes y prolongadas lluvias han seguido azotando el terreno durante cinco días, elevando el nivel de los ríos y provocando inundaciones y desprendimientos de tierra. Mientras los equipos de búsqueda y rescate prosiguen sus esfuerzos, el número de muertos por el tifón Yagi y las inundaciones posteriores ha aumentado a 273 personas y 78 desaparecidos, según los datos facilitados por el Coordinador Residente de las Naciones Unidas en Vietnam.
El tifón ha desplazado a más de 74.000 familias, cerrado escuelas, interrumpido la atención sanitaria y aumentado el riesgo de enfermedades.
El Ministerio vietnamita de Agricultura y Desarrollo Rural ha apelado a la comunidad internacional para que apoye las labores de rescate y recuperación, con organismos de la ONU, ONG nacionales e internacionales y naciones a título individual.
India ha enviado ayuda humanitaria a Myanmar, Vietnam y Laos en señal de solidaridad. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Nueva Delhi ha comunicado la salida de 35 toneladas de ayuda para Vietnam y diez toneladas para Myanmar, que incluyen raciones de alimentos secos, ropa y medicinas.
Los países miembros de la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático) han expresado sus condolencias y su plena solidaridad con los pueblos de los países afectados, ofreciendo su cooperación y apoyo a través del Centro de Coordinación de la ASEAN para la Ayuda Humanitaria en la Gestión de Catástrofes, un mecanismo establecido para la respuesta regional en caso de emergencia.
En Vietnam, las provincias de Lao Cai-Yen Bai, Quang Ninh y Hai Phong son las más afectadas. Hay 183.000 hectáreas de cultivos inundados, 168.000 casas dañadas, 100.000 familias evacuadas, 1.900 heridos, mientras que 550 instalaciones sanitarias y 805 escuelas también están destruidas. En las provincias montañosas, las carreteras siguen bloqueadas y el gobierno está intentando restablecer servicios básicos como la electricidad.
Al otro lado de la frontera, las inundaciones y desprendimientos de tierra en todo Myanmar han causado la muerte de al menos 160 personas, según los primeros recuentos, provocando un sufrimiento generalizado en un país ya desgarrado por la guerra y una economía estancada. Aunque no hay cifra oficial de muertos por parte de las autoridades, la mayoría de las víctimas se encuentran en el estado de Shan, en la zona centro-oriental del país, pero las zonas centrales cercanas a la ciudad de Mandalay, la capital Naypyidaw y en Bago, así como partes del estado de Kayah y del estado de Mon, también están en situación de emergencia.
Mientras continúa el recuento de víctimas y daños, el balance es cada vez peor: según informes no oficiales que circulan por las redes sociales, 200 personas han sido arrastradas por las inundaciones y han muerto sólo en la región de Mandalay. Las labores de socorro son particularmente difíciles debido al conflicto en curso entre el ejército regular y los insurgentes de las minorías étnicas y las Fuerzas de Defensa del Pueblo, que se han hecho con el control de varias zonas.
En esta situación, es difícil coordinar y preparar la ayuda en respuesta a la catástrofe. No hay personal suficiente para ayudar a las víctimas en la zona de Bago, controlada por la junta, que está completamente sumergida. En Taungoo, un monasterio ha acogido a más de 300 refugiados de los pueblos de los alrededores y les ha proporcionado alimentos. Las aguas han inundado la ciudad de Kalaw, en el estado de Shan, donde, según fuentes locales, hay más de 100 desaparecidos. En la cercana ciudad de Pekon han muerto 21 personas, algunas de ellas pertenecientes a grupos que luchan contra el ejército. La milicia de etnia karenni anunció el viernes que 18 médicos se ahogaron y fueron arrastrados por las aguas de las inundaciones en el estado de Kayin. Unas 20 comunas de la región administrativa de la capital, Naypyidaw, también necesitan ayuda urgente y operaciones de rescate.
El tifón ha agravado la crisis humanitaria provocada por la guerra, que ya había provocado el desplazamiento de más de 3 millones de personas debido a los combates, mientras que la economía se encuentra en una situación límite. En los próximos días se espera que Yagi se aleje de Myanmar, pero se prevé otra depresión tropical en la zona del Pacífico occidental.
El Papa Francisco ha expresado su solidaridad a las poblaciones de Vietnam y Myanmar, que están afrontando las graves y desastrosas consecuencias del paso del tifón Yagi, al dirigirse a los fieles tras la oración del Ángelus, ayer 15 de septiembre. El Papa ha prometido sus oraciones por los que han perdido la vida, por sus seres queridos y por los que participan en las tareas de socorro. «Rezo por los difuntos y por los heridos y los desplazados. Que Dios sostenga a quienes han perdido a sus seres queridos y su casa y bendiga a quienes están llevando ayuda», ha declarado. AGENZIA FIDES