Hoy 19 de septiembre la Iglesia celebra la festividad de San Jenaro, Obispo de Benevento y mártir, patrono de Nápoles
San Genaro, patrón de Nápoles, es famoso por el milagro que generalmente ocurre cada año desde hace siglos, el día de su fiesta, el 19 de septiembre. Su sangre, se licúa ante la presencia de todos los testigos que deseen asistir.
Nacido en Nápoles, o quizás en Benevento, en la segunda mitad del siglo III, Jenaro ya era obispo de la ciudad a la edad de treinta años, donde era amado por los fieles y respetado por los paganos por sus obras de caridad hacia los pobres, entre los que no hacía ninguna distinción.
Vive durante el imperio de Diocleciano, cuando a los cristianos aún se les concedía cierta libertad de culto e incluso se les permitía aspirar a altos cargos civiles. Pero poco después, en el 303, todo cambió y los cristianos se convirtieron en el enemigo por erradicar. Época en la que tuvo lugar el martirio de Jenaro, con la reanudación de la persecución contra los cristianos.
También fueron detenidos en Pozzuoli, por orden del gobernador de Campania, Sosso, diácono de Miseno, Próculo, diácono de Pozzuoli, y los laicos Euticio y Acucio. El delito era haber públicamente confesado su fe. El gobernador mandó que le aprehendieran y lo llevaran a su presencia. El obispo Jenaro, Festo, su diácono y Desiderio, un lector de su Iglesia, fueron detenidos dos días más tarde y conducidos a Nola, donde se hallaba el gobernador.
Junto a otros cristianos soportaron interrogatorios y las torturas y los trasladó a Pozzuoli fueron condenados a todo el grupo a ser echados a las fieras. Las fieras hambrientas y provocadas no hicieron otra cosa que rugir mansamente, sin acercarse siquiera a sus presuntas víctimas.
Los cristianos de Nápoles obtuvieron las reliquias de San Genaro u fueron trasladadas desde la pequeña iglesia de San Genaro. Durante las guerras de los normandos, los restos del santo fueron llevados a Benevento y, poco después, al monasterio del Monte Vergine. En 1497, trasladaron a San Jenaro a Nápoles como su patrono principal.