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Gilipolleces

Artículo 96

La gilipollez no es de izquierdas ni de derechas, es de todos. O sea, que no es como el talento que se utiliza menos por ser mucho más escaso.

Pertenecemos a un país con profunda tendencia a la gilipollez. Por ejemplo, aquí nos sorprendería la cantidad de simpatizantes que tiene Putin en relación a los que cuenta Felipe VI. Putin, desde luego, vendría a ser un ejemplo para todos aquellos okupas que destrozan a los vecinos sus viviendas, sus casas, que terminan por llevarse las tuberías, la grifería, los sanitarios y el tendido eléctrico. No castigan a Putin porque tiene gases y prefieren una ayudita que condenar su guerra.

Lo políticos cometen gilipolleces casi a diario, claro, al estar en la calle, las criaturas lo que oyen.

Uno de los más honrados, fue aquel que abandonó su puesto en la vicepresidencia del gobierno porque no se sentía político si no agitador y cuál no sería mi agitación cuando lo veo también diciendo gilipolleces que no esperaba de ninguna de las maneras.

En el Mundial de Catar un comentarista de TVE, al parecer comentó: “Marruecos, como siempre, la roba y sale corriendo”. Y este prócer propone echarlo de televisión por hacer un comentario que como mucho es una coincidencia en su entendimiento. ¿En qué estaba usted pensando, en un apartamento en Marruecos? Eso es defensa a ultranza de una estupidez para ganar puntos ante otra monarquía.

El llamado ministro “inoportuno Garzón”, recibe las críticas del ministro Planas por criticar el consumo de carne. Y eso que su intención era buena, la de convencer a veganos y vegetarianos para conseguir algún voto.

Lilith Verstrynge, que acaba de llegar a la secretaría de organización de su partido, niega la legitimidad del Rey.

Creo firmemente que si estuviera pendiente de las declaraciones de su grupo parlamentario haría un gran favor a la sociedad, bueno, o por lo menos que comentaran entre ellos los disparates que preparan para que hablen de ellos, o analizar las penas en la ley, “ Solo sí es si”. Bueno, es que más que sí, parece que no.

O la vicepresidenta proponiendo una bolsa de la compra que parece está prohibida por ley, aunque eso no importa, se cambia esa ley y punto.

Lo de la señora ministra de la Igualdad, con lo de los niños, las niñas y les niñes, que con doce años pueden acostarse con quien quieran si consienten, no digo que sea una gilipollez, pero vamos que no veo al niñe pidiéndole la cama a sus padres para acostarse con el profesor de gimnasia, o qué hacen ¿van a un hotel, o tienen que pasar antes por el notario?

Con la gilipollez es como si la gente hubiera encontrado una nueva forma de expresarse y manifestarse pidiendo cambios sociales al gobierno que al parecer es quien potencia este movimiento.

La última gilipollez es pedir que nadie se monte en lo alto de un camello para que las criaturas no sufran, supongo que los que montan, porque son incomodísimos. ¿Qué hacemos con ellos, los llevamos al matadero a todos los que no quepan en el zoo?

Había un viejo chiste en el que un rey mago se quejaba de trabajar en día festivo, así que el otro le dijo: Si, pero solo trabajas un día al año, y el tercero se apresuro a decir: vale, pero no nos pagan la Seguridad Social.

De manera que permítanme que presuma de gilipollas, soy un gran gilipollas, y me temo que difícilmente mejoraran mi marca.

Les dejo tres gilipolleces recientes.

1.- “El Matadero”. Programa de televisión de emisión diaria donde se vera con todo lujo de detalles la muerte del animal que sea sacrificado. Vamos a ver si acabamos de una vez con la ingesta de carne.

2 .- Aclararles a los niños que los únicos animales que hablan son los loros, y no todos, además, no tienen temas de conversación, y recordarles que los animales carnívoros se comen si o si a los animales herbívoros.

3.- Creación de la plataforma antitabaco en la que su fin es acabar con la venta del mismo en todo tipo de establecimientos, incluido los estancos. El Estado, a sabiendas de que el tabaco nos mata, lo prohíbe en determinados lugares pero los vende en los estancos, donde actualmente no venden ya ni sellos de Correos ni timbres.

Manolo Royo, humorista www.manolo-royo.com

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