
Número 47
Hoy hablamos de Decapitaciones. De tres personas llamadas Juan de Padilla, Juan Bravo y Francisco Maldonado. Un 24 de abril de 1521. En un pueblecito de la actual provincia española de Valladolid. Muertas por orden real.
¿Por qué ocurrió esto?
Los tres, los dos Juanes y Francisco, eran los líderes de una revuelta contra el rey de España Carlos. Una revuelta llamada Guerra de las Comunidades.
Estamos en el año 1520. Malas cosechas, epidemias, impuestos. Todo sucede a la vez y se buscan culpables, y como no, la culpa el gobierno. Entonces gobernaba un imberbe rey, además extranjero, Carlos I. Un rey que se encuentra con que le ofrecen el puesto de emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y que acepta.
La población castellana se enerva y estallan las protestas. Las primeras en Toledo. El rey manda llamar a su regidor, Juan Padilla, que rechaza encontrarse con el rey y todo se precipita.
Son varias las ciudades castellanas que se rebelan. Incluso, en una de ellas, En Segovia, son asesinados los representantes del rey. La figura del monarca se cuestiona y llega a pedirse el destronamiento del rey. La revuelta se extiende, con mayor y menor éxito, por todo el reino de Castilla.
La reacción real no se deja esperar y, pronto, un ejército sitia la ciudad de Segovia. La ciudad resiste dirigida por Juan Bravo. Se producen los primeros enfrentamientos entre ambos bandos.
Medina del Campo, población próxima a Segovia es incendiada por las tropas de Adriano de Utrech, general del ejército real. Esta acción provoca la rebelión general y el rechazo total al gobierno de Carlos I. Se vive ya una situación de guerra.
El bando rebelde, llamado Comunero, sufre su primera gran derrota en la población vallisoletana de Tordesillas y, anticipando lo que meses después sería su derrota final, en la batalla de Villalar. Al día siguiente, los líderes comuneros serían ajusticiados, poniendo con ello fin a la revuelta.
Andres Valencia, Profesor e historiador