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- Por Koro Cantabrana Ruiz de Larrinaga, periodista, escritora y coach.
A causa de la pandemia, estamos todos en casa. Y los roces familiares se empiezan a notar.
En China, donde conviven prácticamente 1.400 millones de chinos, han permanecido enclaustrados durante siete semanas, y muchas parejas han acabado divorciándose. La alta tensión han puesto su amor al límite.
En algunas provincias incluso ha habido separaciones masivas; por ejemplo en la localidad de Sichuan, al sur del país, con hasta 300 divorcios en las tres semanas después del enclaustramiento. Allí el proceso de divorcio dura aproximadamente 40 minutos. Es decir, son divorcios “Express”. Aunque también hay parejas que, después de “recibir su certificado de divorcio, han decidido casarse de nuevo”.
En China, habitualmente la temporada de mayor número de divorcios se da entre enero y marzo, coincidiendo con distintas vacaciones. Este año 2020, la cifra se ha incrementado.
También en Estados Unidos, los meses de enero y marzo son la “temporada alta” de divorcios, o “divorce season» para los americanos. En España, sin embargo, el número de divorcios suele ser similar durante todo el año. ¡A ver qué sucede este año!
Por otro lado, en China también se ha conocido que han aumentado los casos de malos tratos en situaciones donde ya las había de antemano, y también los casos de depresiones y angustia durante la pandemia debido a la presión de confinamiento.
La convivencia forzosa crea roces. Y, por mucho que se diga, el roce nos lleva a olvidarnos del cariño y a generar conflictos hasta de la más nimia acción.
En ocasiones, la paciencia se va acabando, las ganas de escuchar también, las preocupaciones (en lugar de las ocupaciones) van en aumento, y las malas noticias y la incertidumbre nos inundan. Así:
“Solo los pensamientos positivos,
la atención a nosotros mismos y a la otra persona,
el respeto a nuestras y sus necesidades,
puede mantenernos en una armonía familiar”.
Koro Cantabrana
Nos piden paciencia, que la practiquemos, que la compartamos. UF. Según la definición que demos a paciencia, nos puede resultar muy difícil. Muchas veces paciencia tiene que ver con “soportar” al otro; hacer de “tripas corazón”, tragar lo que no nos gusta que es o hace la otra persona, con respirar hongo y tragas.
Un día, mi amigo Salvador García, Doctor en Medicina por la Universidad Autónoma de Barcelona y Profesor de Psicología Social en la Universidad de Barcelona, me ofreció otra forma de definir la paciencia:
“Pazciencia: la ciencia de la paz”.
Esta definición no parte de “aguantar” a los demás, sino de estar cada uno por dentro bien consigo mismo, en paz. No se trata del otro, sino de uno mismo.
Así que, ¿cómo sería practicar hoy la ciencia de la paz contigo mismo y con los demás?
Reflexión:
¿Qué puedes hacer hoy para tener una paciencia infinita?
Para pensar:
“Cuando dos personas dejan de reírse juntos, es momento de coger caminos separados”. Anónimo
“En todo matrimonio que ha durado más de una semana existen motivos para el divorcio. La clave consiste en encontrar siempre motivos para el matrimonio”. Robert Anderson (Abogado y diplomático estadounidense)
Pues si. En España, un momento álgido para los divorcios todos los años es septiembre: el roce hace el cariño pero en ocasiones el roce saca a la luz problemas de pareja. Si el confinamiento multiplica ese factor mucho más que las vacaciones estivales, el confinamiento multiplicará seguramente los divorcios. Como dato objetivo, sin celebrarlo, sólo constatándolo. No es de extrañar el caso chino. Cordial saludo