La tatareada moción de censura tramitada en el Ayuntamiento de Estella, que culminó con el cambio en la alcaldía de la ciudad, ha hecho llegar a Bildu y ha obligado a marchar al partido más votado y con más concejales, Navarra Suma, y hay que reconocer que tuvo todas las papeletas para ser considerada un puro esperpento y que bien haría en anularse.
Para empezar, la celebración de un Pleno municipal en un estado de alarma, establecido en España por pandemia o lo que es lo mismo miles de enfermos y grandes posibilidades de contagio; segundo, la no participación del grupo mayoritario en Estella, Navarra Suma y también, la no participación del partido socialista, o lo que es lo mismo de 17 concejales, 7 no fueron al pleno ( 6 Navarra Suma y 1 del PSN); tercero, la participación de 2 concejales tránsfugas, antes eran del PSN, rompiendo con ello el Pacto antitransfuguismo existente en España y Navarra y cuarto, en estos momentos, lo más grave, uno de los concejales participantes, uno de los tránsfugas, aquejado, posiblemente, de coronavirus, rompiendo la cuarentena obligada.
Seguramente, las denuncias por ese Pleno, no llegarán a mayores, pero ¿se puede tener tanta cara? ¿hay moralidad en ello?
Bueno Bildu (6 concejales) ¿La ha tenido alguna vez? Y Geroa Bai (1 concejal) ¿la tiene?
Una de dos, o solo ansían el poder y les importa todo lo demás poco o se tenía prisa por llegar a la alcaldía. ¿Algo que ocultar? ¿Se estaba a punto de descubrir algo por parte de Navarra Suma y, de ahí, tantas prisas?