El Departamento de Educación del Gobierno de Navarra no parece querer de igual manera a la llamada educación concertada que a la pública.
Debe recordarse que la educación concertada está pagada por los padres y financiada con dinero público o, lo que es lo mismo, dinero proveniente de los impuestos de todos los ciudadanos.
Como resulta que la educación concertada es la que sigue los principios de la iniciativa social, llámese Iglesia, para un socialista como es el actual consejero de educación, señor Gimeno, implica el escaso o nulo apoyo que hay que dar a dichos centros educativos.
De ahí «las largas» que se están dando a los sindicatos del sector para incumplir las promesas acordadas.
Pero ello no parece que sea serio. Un consejero debe actuar para todo el espectro social, en este caso el educativo. Y aquí, en Navarra, casi la mitad de los alumnos van a estos centros.
No respetar la palabra dada no deja en buen lugar a quién la incumple y le hace ser un irresponsable.