Con los socios de gobierno que tiene el actual Gobierno de Navarra, es muy difícil mantener un actitud equidistante entre lo que debe ser una acción de gobierno que defienda a todos los navarros y la que sólo defiende a una parte.
La anterior presidenta de Navarra sólo contaba con una parte y al resto imponía y adoctrinaba, como por ejemplo con el «euskera batúa», que salía «hasta en la sopa». Hoy esa misma presidenta es una de los socios de gobierno de la socialista/nacionalista, María Chivite, junto a Podemos, apoyo de I-E y abstención de Bildu en la investidura de ésta.
El TSJN ha puesto los puntos sobre las «i» en el tema del «euskera» anulado de facto la euskaldunizacion obligada de la administración navarra. Como no podía ser de otra manera los «abertzales» que apoyan a este gobierno navarro han puesto el grito en el cielo.
El gobierno ni dice ni no dice, pero, por si acaso, apoya a la impulsora del uso del «euskera» en la administración, la consejera Ana Ollo y que tan mal parada salía con esta sentencia.
Difícil papeleta para un Gobierno, parte de él, que quiere aparentar lo que no es y que además no puede del todo, ya que sino, caería más abajo la mano de los bildus, geroas y demás grupúsculos que hoy habitan esta región navarra. Y eso el socialismo no quiere, al parecer sólo quiere el sillón, llámese poltrona.