Las declaraciones realizadas por la líder del partido socialista navarro, María Chivite, sobre con quien no quiere pactar, con UPN, arrojan un panorama complicado, de nuevo, para esta región.
Un gobierno múltiple de nacionalistas y socialistas no tendría estabilidad e impediría el desarrollo de la singularidad de esta tierra, ya que estaría plegado a las veleidades de Pedro Sánchez, actual presidente en funciones, que quiere seguir siendo presidente y si para ello tiene venderse al independentismo, fe que lo hará.
Si hace cuatro años el socialismo no entró en el gobierno navarro por orden expresa de Ferraz, hoy la orden puede ser la contraria, pactar con quienes quieren absorber a Navarra. Se podría pensar: el caso es mandar. Y así va todo.
Primero ponen un cordón sanitario al PSOE y ahora piden su apoyo, realmente es delirante. Solo le faltaba al PSN darle el gobierno de Navarra a las derechas de Colón. En fin, el solo hecho de plantearlo ya es ofensivo, habría una desbandada en el propio partido.