De autoritarismo puro y duro pudiera calificarse la decisión del ente RTVE acerca de los debates electorales entre los principales líderes políticos.
Cambiar el día acordado para la celebración de un debate, por beneficiar a uno de los asistentes, en este caso, el presidente en funciones del Gobierno, y, encima, hacerlo coincidir con otro debate que se iba a celebrar en otra cadena de televisión, refleja el escaso talante democrático de un ente que, a día de hoy, sólo beneficia al Gobierno del señor Sánchez.
Atrás queda la idea de que una televisión que pagan todos los españoles debería ser neutral y no beneficiar a uno en concreto.
La presidenta de RTVE, Rosa María Mateo, está claro que fue nombrada para beneficiar al partido socialista, al partido del señor Sánchez. Su dimisión debería ser inmediata.
La pretendida neutralidad de una televisión pública, ha sido y es cuestionada, pero ha saltado por los aires desde la llegada de Sánchez al Gobierno de España, tras la moción de censura. No debería consentirse dicha actitud.