El pez cavernario mexicano ciego adapta su organismo mediante la acumulación de grasa y el aumento de su resistencia a la insulina para sobrevivir a periodos extremos en los que el alimento escasea, según un estudio publicado en Nature.
Este hallazgo corrobora que algunos seres vivos han logrado evolucionar su organismo para enfrentarse a ecosistemas agresivos y peligrosos.
Debido a la ausencia de fotosíntesis en las plantas y algas, estos peces de las cuevas tienen que pasar largos periodos de falta de nutrientes en las profundidades en las que habitan.
El pez mexicano (Astyanax mexicanus) puede encontrarse en ríos en la superficie y en las cuevas, mostrando marcadas diferencias en la obtención de nutrientes.
Esta especie es resistente a las hambrunas y solo pierde una pequeña fracción de su peso corporal cuando no puede obtener alimentos, en comparación con otros peces que habitan en la superficie.
Varios factores han sido identificados como desencadenantes de esa resistencia a las hambrunas, incluyendo un reducido metabolismo en el ritmo circadiano y una elevada tasa de grasa corporal.