A pesar de que no hay conclusiones científicas que confirmen que la gente que ríe más vive más, sí que está demostrado que reírse ayuda a rebajar el nivel de estrés, la hipertensión y algunas investigaciones apuntan a efectos reguladores sobre el sistema inmune.
El estrés es un factor de riesgo cardiovascular que afecta al sistema plaquetario, aumenta la frecuencia cardiaca, la presión arterial e incrementa la necesidad de oxígeno. Y una persona sin estrés no tiene ese factor de riesgo, ya que reír provoca justo lo contrario. Además, la risa tonifica los músculos faciales: según la Universidad de Chicago Medical Center, para sonreír se emplean entre 4 y 22 músculos faciales, con una media de 12, seis pares de músculos directamente involucrados en la sonrisa: el músculo elevador del ángulo de la boca, elevador del labio superior, orbicular de los párpados, risorio, cigomático mayor y cigomático menor.
Reír en tiempos de crisis
Teñir con humor lo que es negativo es una solución para sobrellevar una situación complicada, pero nos reímos de cosas que no tienen que ver con nosotros. El poder reírse de uno mismo tiene mucho que ver con la salud mental que uno tiene en torno a aquello que es objeto de chiste. Poder reírse de los errores que uno comete tiene que ver con que uno no tenga un sentido del ridículo exagerado. Alguien con un sentido del humor rígido, cuando comete un error se siente el peor de los mortales y le cuesta más trabajo hacer el chiste.
Humor para todos
El humor también se ha aplicado en el personal sanitario, que en ocasiones pueden llegar a sufrir estrés o ansiedad. Según un estudio de la Universidad de Manitoba (Canadá), el humor se puede usar para afrontar o distanciarse de situaciones complicadas, para conectar con otros compañeros (la risa compartida favorece un sentido de comunidad), para reducir la tensión cuando las cosas no van tan bien como debieran, para expresar la frustración en Cuidados Paliativos, para conectar con pacientes y hacerles sentir que son tratados individualmente, para reducir la vergüenza que los pacientes sentían por necesitar ayuda al ir al servicio, etc.
Algunas personas sienten que el humor es trivial y poco profesional en un hospital, pero este estudio demostró lo contrario. Combinado con las cualidades científicas y la compasión, el humor ofrece una dimensión humana en el cuidado de la salud que es demasiado valioso como para pasarlo por alto.