En la parte oriental de la ciudad de Mosul, recientemente recuperada por las fuerzas iraquíes, se encuentran los restos de Nínive, la capital asiria establecida por el rey Senaquerib en el año 700 a.C., saqueada y reducida a escombros por los yihadistas que la invadieron en 2014.
A pesar de que las tropas gubernamentales recuperaron el control del sitio arqueológico la semana pasada, los expertos aún no han podido acceder al lugar para evaluar los destrozos, por temor a los explosivos colocados por el grupo terrorista Estado Islámico (EI).